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Ángel Resa
Miércoles, 5 de abril 2017, 11:35
A falta de una semana para que concluya la temporada regular, la delegación española en la NBA puede ir recogiendo sus calificaciones. Hay de todo entre los diez representantes, desde el sobresaliente rotundo de Marc Gasol hasta la irrelevancia de José Manuel Calderón. Por ... medio, el nuevo papel de Pau, la buena nota de los novatos encabezados por Willy Hernangómez, el retorno a la vida de Ricky Rubio tras su descenso al averno y la decepcionante campaña de Nikola Mirotic, necesitado de un pelotazo baloncestístico para firmar el gran contrato cuando a la Liga le llueven los ingresos televisivos. Conviene ir por partes, como en la disección corporal de una clase de anatomía.
MATRÍCULA DE HONOR
El mayor diploma corresponde, necesariamente, a Gasol II. Líder indiscutible de unos Grizzlies con los que se siente identificado, Marc es la piedra angular de un conjunto defensivo, serio, feo, fuerte pero bueno y formal. Sólo el talento inabarcable de DeMarcus Cousins y la calidad inmensa de dos cuatros y medio como Anthony Davis y Karl-Anthony Towns pueden discutir la supremacía del catalán en el universo menguante del pívot puro. El cinco de Sant Boi lleva el baloncesto en la cabeza. Su alma de base le permite ordenar los ataques de un equipo que purga la falta de tiradores. A su inteligencia atrás, arsenal de pases y movimientos en el poste bajo, el mediano de la saga ha añadido la puntería en el lanzamiento triple.
NOTABLES
Quién osaría puntuar así a Ricky Rubio hace unos meses, cuando trataba de sofocar el incendio de unos pésimos porcentajes de tiro que le mordían la moral y condicionaban su juego. Pero al regreso del paréntesis abierto por el All Star, y aprovechando la lesión de Zach LaVine, ha emergido como el genio de la lámpara maravillosa. Ahora alcanza un todavía discretito 41% en lanzamientos de campo, pero a lomos de su mayor acierto vuelve a desplegar la fantasía que alimenta a compañeros sobrados de puntos. Es el quinto pasador de la Liga en unos Timberwolves con más futuro que presente.
Los tres debutantes también se merecen una nota más que decorosa, empezando por el mayor de la segunda saga fraternal. Willy ha aprovechado estupendamente su tiempo en los incoherentes Knicks, de nuevo en un viaje a ninguna parte. El Madison Square Garden ha coreado el magnífico juego de pies del ala-pívot español. Hernangómez I se ha mostrado valiente y decidido y revalida su afán reboteador, pero aún debe mejorar en defensa. Su hermano Juancho tampoco ha desperdiciado sus contadas oportunidades en Denver, equipo que pelea con Portland por el último billete del Oeste. Y Álex Abrines asume en Oklahoma el testigo de especialista. Su técnico lo quiere fuera del arco de tres puntos, con las manos prestas a lanzar siempre que pueda.
APROBADOS
Pau ha sido el abanderado perpetuo de la delegación española. Un ganador de dos anillos consciente del epílogo de su carrera. Pero el alcalde emérito de Sant Boi, siempre inteligente, firmó en verano con el club que más le convenía tras su frustrante paso por Chicago. Gregg Popovich lo aprovecha ahora desde el banquillo, como líder de la segunda unidad. El gran técnico de San Antonio otorga a Gasol I un papel de reparto, pero importante como interior que abre la pista con su amenaza certera desde la línea de tres puntos. ç
Serge Ibaka, tantas campañas en los Thunder, es ahora un culo inquieto. Empezó la temporada en Orlando y desde hace un par de meses apuntala el juego interior pese a su tendencia a alejarse del aro de un candidato (Toronto) a disputar la jerarquía oriental de Cleveland y Boston. El nacionalizado no empeora su buen cartel, pero tampoco le saca más lustre. Y en esta lista queda Chacho Rodríguez, el virtuoso base canario que ha ido de más a menos. Asombró al público con sus juegos malabares para perder protagonismo con el tiempo.
NECESITAN MEJORAR
Los bandazos deportivos de unos Bulls sin patrón perjudican a un Nikola Mirotic en el último año de contrato. Ha pasado por todas las circunstancias, desde la titularidad al banquillo y hasta quedar fuera de las rotaciones en un ejercicio lejano a la progresión esperada. Y José Manuel Calderón, el ordenado base que lleva toda la vida impartiendo sentido común, ha cumplido unos meses en la trastienda de los depauperados Lakers antes de aportar su experiencia a la seriedad de Atlanta.
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