Los inquilinos de una vivienda del barrio de Aranguren, en Zalla, llevan causando «todo tipo de problemas» desde hace año y medio. Lo de menos son los constantes ruidos a altas horas de la madrugada, la basura en el pasillo y los excrementos de perro ... que se acumulan en los balcones. Para los vecinos tampoco es tan grave que se hayan enganchado de forma ilegal a la corriente eléctrica de la comunidad en cinco ocasiones. Esta semana lo han vuelto a hacer y, como consecuencia de ello, la luz de la escalera no se puede apagar y está encendida las 24 horas del día. Son problemas importantes de convivencia, pero para los residentes de este edificio lo realmente preocupante es que, en este tiempo, desde que uno de ellos se instaló con un contrato de alquiler, se han multiplicado los robos, las amenazas, las agresiones y el menudeo de drogas.
Publicidad
La comunidad -insisten los residentes- ha advertido a las instituciones de lo que está pasando. Sobre todo a raíz de la agresión que sufrió una noche un vecino cerca del restaurante El Porrón. Este hombre fue rociado con gas pimienta y golpeado con una porra extensible para robarle. Los que lo hicieron no han sido detenidos, pero este vecino -que prefiere mantener el anonimato- no tiene dudas de que sus agresores están relacionados con esa vivienda. En los últimos meses han pasado por ella personas de todo tipo. Uno de sus inquilinos fue un sujeto de origen brasileño que fue detenido el pasado noviembre por realizar pintadas de apoyo a ETA en la iglesia de Sodupe, que pertenece al municipio de Güeñes. Se le acusó de un delito de daños, amenazas y contra el patrimonio histórico. Hace unas semanas alguien efectuó unas grandes pintadas en la fachada del edificio señalando a los moradores de la vivienda.
En estas circunstancias, el ambiente estaba ya bastante caldeado en el entorno de la calle Maestra Consuelo Robredo. Pero hace un par de semanas se produjo un suceso que ha removido a todo el barrio. Un albañil de la zona sufrió un robo en una lonja de su propiedad. Los ladrones se llevaron una bicicleta valorada en unos 5.000 euros y maquinaria de trabajo, entre otros objetos de valor.
Según las fuentes consultadas, el hombre no tardó en descubrir quiénes podían estar detrás del delito. Y se plantó en la vivienda con una maza y con un familiar. Empezó a golpes con la puerta hasta que consiguió el suficiente agujero para poder abrirla. Todavía ayer se podían apreciar los destrozos.
Publicidad
En el interior de la vivienda se encontraron a uno de los moradores. Al parecer, otros dos se escondieron o salieron huyendo. Esta persona fue sacada a golpes del piso y recibió una paliza que le ha llevado a estar varios días ingresado en el hospital. Antes de ser atendido por los sanitarios les guió hasta el lugar en el que estaban guardados los objetos que le habían robado.
En ese otro local el albañil y su familiar hallaron a otros dos sujetos, que dijeron que no tenían nada que ver con lo ocurrido. Su bicicleta y sus bienes estaban allí escondidos. Más golpes y gritos. Al final, según los mismos medios, acabaron diciendo que ellos sólo habían recibido los objetos, pero que no sabían que eran robados.
Publicidad
Estas personas han denunciado al vecino por lo ocurrido. Según las fuentes consultadas, le acusan de un delito de odio, de provocarles lesiones y de allanamiento de morada. El otro joven que recibió la paliza en el piso no quiere denunciar. Este último suceso ha encendido al barrio. De hecho, se ha organizado una concentración en apoyo del albañil ante la posibilidad de que pudiese ser condenado por esos delitos.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.