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Domingo, 26 de agosto 2018
En la zona de Urikarreta, en Sondika, siempre ha habido gatos. Se concentran en una colonia que sestea en una parcela próxima a varias casas. Y desde hace una década Carlos Astola y su esposa Mari Carmen Idiri, vecinos del pueblo, les facilitan agua, ... alimentos, e incluso medicinas en invierno.
En los últimos tiempos había una veintena de felinos. Pero todo cambió «en la semana del día 13. Ese lunes notamos que había menos, alguno no comía... Luego apareció alguno muerto», recuerda Carlos. La cuestión es que «en cuatro días han desaparecido catorce». Varios cadáveres fueron encontrados en las inmediaciones, y un par de animales fueron grabados mientras agonizaban como prueba de lo que estaba ocurriendo.
La pareja acudió a la Ertzaintza para denunciar la situación en el convencimiento de que los felinos habían sido envenenados, pero al final no formalizaron la denuncia. «Al no haber personas acusadas, nos dijeron que se iba a archivar». Pese a ello, varios colectivos animalistas se han interesado por el asunto y están denunciando en redes sociales lo ocurrido.
Por su parte, Carlos y Mari Carmen están preparando «fotos de los gatos muertos para poner en la zona y que la gente vea lo que hay. Le puede pasar lo mismo a cualquiera que vaya por allí paseando a su perro», explican.
La parcela que ocupan los felinos -aún sobreviven seis, cuatro de ellos individuos adultos- es utilizada en ocasiones por gente que «quiere desprenderse» de su mascota y cree que en ese lugar puede estar atendida, explica Carlos.
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