Denuncian que los ertzainas de tráfico no tienen etilómetros para hacer controles

Los agentes especialistas deben pedir prestados los aparatos de precisión cuando se topan con una sospecha de alcoholemia en Bizkaia

Sábado, 30 de noviembre 2024, 00:45

Los agentes de la Unidad de Tráfico de la Ertzaintza en Bizkaia carecen de etilómetros para realizar controles de alcoholemia en las carreteras desde hace ... semanas. Así, cuando estos ertzainas especialistas se encuentran con algún conductor en estado de embriaguez deben pedir prestado uno de estos aparatos a sus compañeros de la sección de Atestados, que investigan accidentes, con la demora de tiempo que eso supone, según denuncia el sindicato Sipe. «La situación ha llegado a ser tan insostenible que la unidad está realizando sus servicios sin personal ni material», señalan.

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Esta falta de medios ya se había registrado en anteriores ocasiones, aunque hasta ahora los etilómetros que escaseaban eran los orientativos, no los de precisión como ahora. El procedimiento habitual que utilizan los ertzainas de tráfico cuando instalan un control en la red viaria o sorprenden a un automovilista con sospecha de conducir bebido, pasa por realizarle primero una prueba orientativa con un aparato más simple y rápido. En caso de que la tasa arrojada sea positiva, entonces ya se confirma con el alcoholímetro de precisión, que ofrecerá un tique con el resultado definitivo para que los agentes multen al infractor o le detengan en caso de que haya cometido un delito.

Pues bien, desde hace varias semanas, Tráfico Bizkaia sólo cuenta con dos de estas máquinas y están reservadas a los equipos de Atestados. Cuando las patrullas de tráfico necesitan confirmar un 'positivo', entonces se lo piden a sus compañeros que investigan siniestros, que pueden estar ocupados, por lo que se han dado casos de «esperas de más de 40 minutos».

Según indica la central, se han llegado a encontrar con un conductor que al soplar había dado más de 0,60 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, límite a partir del cual una alcoholemia se considera delito y por tanto se debe proceder a la detención. Al demorarse la llegada del etilómetro, no se le pudo imputar el delito.

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Los agentes de tráfico tampoco tienen cepos suficientes, por lo que cuando inmovilizan un vehículo, por ejemplo, si el conductor había tomado alcohol, lo hacen únicamente «de palabra, confiando en que el infractor no mueva el vehículo».

En la última promoción de la Ertzaintza, que se encuentra en estos momentos en la academia de Arkaute realizando la formación, se han reservado 50 plazas para Tráfico, lo que aliviará en parte la escasez de efectivos, aunque según Sipe, se trata sólo de «un parche».

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