

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
irene madrera
Jueves, 1 de septiembre 2022, 01:21
Dos de cada tres tatuadores que ejercen en Bizkaia carecen de todos los permisos. Así lo denuncia la Unión Nacional de Tatuadores y Anilladores Profesionales ( ... UNTAP), que asegura que la mayoría de los profesionales desempeñan su oficio sin un certificado que garantice que han pasado por todos los cursos necesarios.
En el territorio hay alrededor de 200 estudios «legales» en los que trabaja una media de dos profesionales. Sin embargo, esta asociación advierte que hay otros 400 tatuadores, que ejercen en locales o incluso en sus casas, que no tienen en regla la autorización que debe expedir el Gobierno vasco a través del Departamento de Salud. «Solo los estudios regulados mueven alrededor de 180 millones de euros en España, si contabilizamos los que no lo están la cifra se podría duplicar», explica Alex Roncero, vicepresidente de UNTAP y dueño de un estudio en Santutxu.
peligro
Para poder tatuar de manera legal en Bizkaia, el profesional debe realizar un curso higiénico-sanitario que imparte el Colegio de Enfermería y que está autorizado por el Ejecutivo autónomo. Cabe la posibilidad de recibir también esas clases a través de empresas especializadas, muchas de ellas que ofrecen sus servicios por internet, pero solo se aceptan aquellos que están homologados por Osakidetza. En esta formación, de cuarenta horas, los profesionales aprenden a esterilizar correctamente el equipo, a evitar la contaminación cruzada de los espacios y los objetos a utilizar, además de otra serie de recomendaciones para evitar secuelas y problemas en la piel.
Roncero cuenta lo complicado que es para un estudio de tatuajes homologado con todo en regla medirse en igualdad de condiciones contra uno «alegal»: «Es difícil competir, las tiendas te dan garantías de higiene y reclamación y eso tiene un coste adicional. Mientras que un tatuaje hecho por un profesional puede costar 80 euros, uno clandestino rondaría los 30», insiste. Desde UNTAP llevan luchando contra estos servicios alegales durante años, porque, subrayan, les perjudica que haya personas que tatúan sin todos los controles sanitarios necesarios. Creen que ejercen una mala publicidad para la profesión. Además, reconocen que legalmente es difícil tomar medidas para regular estas prácticas. «Si informamos a la policía de alguien que tatúa en su casa, las autoridades no pueden entrar en el domicilio. También hemos llegado a denunciar anuncios de internet que se ofrecen para tatuar, pero esas webs no se responsabilizan de lo que publican», explica Roncero.
certificados
En este sentido, insiste en que es habitual encontrar estudios de tatuaje clandestinos en domicilios en los que vive gente, habitaciones sin acondicionar o incluso caravanas. Y que esos 'locales' carecen de la «higiene necesaria» para ejercer de manera segura. Los riesgos que pueden provocar esos trabajos van desde la generación en algunos clientes de alergias a los pigmentos empleados por el uso de tintas prohibidas en la Unión Europea. También de nuncian que pueden provocar casos de contaminación cruzada o transmisión de enfermedades por el mal uso de las pistolas de tatuajes y agujas al no esterilizar el material de forma correcta.
Los controles sanitarios los llevan a cabo los ayuntamientos siguiendo la normativa de Sanidad. En Bilbao, el número de inspecciones ronda las tres o cuatro al año y suelen ser sorpresa.
Para evitar situaciones inseguras y peligrosas, los controles sanitarios los llevan a cabo los ayuntamientos siguiendo la normativa de Sanidad. En Bilbao, el número de inspecciones ronda las tres o cuatro veces al año y suelen ser sorpresa. Los princiaples problemas que se encuentran en estas inspecciones son las tintas no autorizadas o caducadas y el personal no acreditado. Según la Academia Española de Dermatología, ocho de cada diez tintas que llegan a nuestro país provienen de América y no están homologadas por nuestros organismos sanitarios, por lo que es muy importante que el profesional que nos manipule la piel tenga todo acorde a las normas de la UE.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.