«El delfín de la ría tenía un patrón de natación anómalo y estaba bastante delgado»

¿Qué hacía un delfín en la ría de Bilbao? La Red de Avistamientos de Euskadi, de la que forman parte los investigadores de la Estación Marítima de Plentzia, no tienen una respuesta clara porque apenas tienen más información que la reproducida en los medios de comunicación. No pudieron examinar el cetáceo para conocer más sobre él. «En cuanto recibimos el aviso de SOS Deiak el equipo se puso en marcha para hacer una valoración inicial del animal, pero no llegamos a tiempo antes de que lo devolviesen al mar», lamenta Leire Ruiz, investigadora del programa Sareus, encargado de los avistamientos en la costa vasca. Esta institución tampoco tiene información nueva sobre este mamífero.

Un delfín puede remontar la ría, pero la investigadora subraya que no es habitual que un ejemplar en buen estado haga de forma natural. Suelen dejarse ver por el Abra o incluso rondando el Puente Colgante. «Pero hasta La Peña… eso no puede acabar bien». «El delfín estaba solo, bastante delgado y con un patrón de natación anómalo» explica Ruiz por lo que ha visto en las fotos y los vídeos de las redes sociales. Aunque no han podido determinar si es macho o hembra, sí tienen claro que era un delfín adulto. Cuando se encuentran en este estado (solitarios, esqueléticos, ladeados…) es una señal de alerta que suele indicar patologías previas. «Pero poco se puede decir en este caso sin un estudio y un muestreo», declara la investigadora.

El animal tiene que ser valorado, e incluso la reintroducción al mar debe realizarse de una forma controlada, por personas entrenadas para ello. Ruiz entiende que los delfines son muy atractivos para todo el mundo y siempre parece que hay que empujarlos al mar. «Pero no pasa nada porque estén un rato fuera del agua. Son mamíferos y respiran aire», recuerda. Recomienda llamar al 112 y esperar a los especialistas. «Aunque podemos dar indicaciones por teléfono en caso de un varamiento escandaloso», puntualiza, mientras lamenta que el lunes en la capital vizcaína se siguiera otro camino y se perdiera la oportunidad de estudiarlo a fondo.

La actuación particular puede tener riesgo para el animal, pero también para las personas. La manipulación de un delfín vivo es muy delicada. «Hay que saber hacerlo, de dónde cogerle, dónde no te puedes poner… Hay contactos que para el cetáceo son muy desagradables» describe la investigadora de la Estación Marítima de Plentzia. Se trata de un animal salvaje, no acostumbrado al trato con los humanos, muy grandes y fuertes. Quien se acerque corre riesgo de un mal golpe o un mordisco, pero sobre todo la responsable pone el acento en el contagio de enfermedades. «En el vídeo nadie lleva guantes ni mascarilla, algo muy obvio para nosotros pero que a pie de calle se desconoce», denuncia. «Muchas veces la gente que está ahí en situ se tira al agua con toda la buena voluntad del mundo, pero no siempre es lo mejor».

La Red de Varamientos de Euskadi realizó 40 avistamientos en la costa vasca en 2023, 28 de cetáceos. Con el del lunes en Bilbao ya suman 32 ejemplares detectados por el servicio este año, frente a los 29 que alcanzaban las estadísticas del centro el ejercicio año por estas mismas fechas. Cifras, por tanto, en la línea de la tendencia de estabilidad de los últimos años. «No detectamos ningún auge, al menos de momento», explicó la investigadora Leire Ruiz.