Decomisan móviles, hachís y varias barras de hierro en un registro en el centro de menores de Amorebieta

En esta ocasión, la intervención policial se produjo hace unas dos semanas a petición de los responsables del servicio, subcontratado por la Diputación vizcaína, debido a que algunos chavales habían manipulado petardos en el interior del caserón durante la cena, una práctica prohibida y arriesgada por las normas internas. Hay que recordar que el edificio ha sufrido varios incendios provocados en los últimos años, uno de los cuales obligó a una reforma integral y a cerrar las puertas varios meses.

Durante el registro en las habitaciones de los menores, los agentes decomisaron una docena de teléfonos móviles cuya procedencia se sospechaba que podía ser ilícita. Además, también se encontraron distintas cantidades de hachís y marihuana y se ocuparon objetos potencialmente peligrosos, como barras de hierro, un martillo o numerosas tijeras. A finales del pasado mes de enero, la Ertzaintza tuvo una actuación similar en busca de «drogas y armas», en la que participaron durante varias horas agentes de la comisaría de Durango, de Brigada Móvil y de la unidad canina. Entonces, sólo localizaron «algo de hachís».

Las instalaciones, con capacidad para acoger a 34 chavales, se encuentran sobresaturadas. Fuentes policiales señalan que en las últimas semanas se han llegado a contabilizar hasta más de 200 menores en el edificio. «Duermen hacinados en colchones», apuntan.

La Diputación vizcaína acaba de lanzar una alerta ante la llegada masiva de menas al territorio, que han pasado de 300 a 600 en poco más de un año, lo que se considera una situación de «excepcionalidad» y faculta a la institución a abrir nuevos centros de acogida «de forma inmediata». El anunció se realizó apenas unas horas después de que el lehendakari Imanol Pradales pidiera al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, un reparto más equitativo de estos jóvenes por comunidades. Mientras que Bizkaia acoge muchos más menores de los que puede por capacidad, a otras regiones como la Rioja apenas llegan estos chavales.

El pasado jueves por la mañana, la Ertzaintza tuvo que intervenir también en el centro de menores de Sopuerta, ya que uno de los internos amenazaba con agredir a uno de los educadores con un palo. Los agentes identificaron al chaval, de 17 años, por un delito de amenazas e intento de agresión,