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Tres horas. Es el tiempo récord que necesitaron ayer para alcanzar un acuerdo los miembros del jurado del crimen de San Francisco. El veredicto, alcanzado por unanimidad, salvo en los atenuantes, ha sido uno de los más rápidos de la historia judicial de Bizkaia. Comenzaron ... a deliberar a las once de la mañana y para las dos de la tarde ya habían comunicado a las partes que tenían una decisión. La defensa se lo había puesto fácil al admitir el asesinato con ensañamiento, pero también le declararon culpable de alevosía al entender que Leonel B. no dejó posibilidad alguna de «defensa efectiva» a Rebeca Huayta, su pareja, de 45 años y origen boliviano, cuando la mató a cuchilladas y con un cristal roto en la madrugada del 28 de diciembre de 2022 en la Taberna Hilargi, en la calle San Francisco.
La víctima presentaba 18 heridas, 12 de ellas en la cara y cabeza, que le provocaron un «shock hipovolémico» y la muerte por desangramiento. El portavoz del tribunal argumentó la decisión en base a la propia declaración del acusado y a los informes forenses. Incluyen también los agravantes de parentesco, porque era su pareja, y de género en el delito, «como un acto de dominio y superioridad», que no se discutían. Además, le achacan los malos tratos habituales que él mismo admitió el primer día del juicio.
Los jurados reconocieron una única circunstancia atenuante muy cualificada de las cuatro que reclamaba la defensa, la de confesión, ya que Leonel llamó a la Policía Municipal de Bilbao admitiendo el crimen y se entregó, lo que facilitó la investigación. En este caso, cinco jurados se mostraron a favor de incluirla y cuatro no. Las acusaciones entendían que era irremediable que la Policía conociera los hechos, ya que un compañero de trabajo con el que Leo habló, había parado a una patrulla para avisarles.
Contrarios al indulto
Rechazan, por contra, que actuase afectado por la ingesta de alcohol y cocaína. En las imágenes grabadas por las cámaras del local no se aprecia que el hombre estuviera embriagado. Tampoco el estudio de las muestras de orina y sangre del Instituto Nacional de Toxicología resultó determinante y los policías y ertzainas que interactuaron con él aquel día no le vieron borracho. El resto de atenuantes de arrebato o ira y reparación del daño, ya que sólo ingresa 50 euros de su trabajo en la cárcel cada mes para la hija de la fallecida, no le fueron reconocidas, aunque uno de los miembros del tribunal tenía dudas en esta última ya que votó a favor. No les parece que los 1.190 euros que ha entregado a los familiares de Rebeca compensen el dolor causado.
A partir de ahora será el magistrado-presidente del tribunal popular el encargado de fijar la pena, aunque la horquilla es limitada. La Fiscalía, la acusación particular, en representación de la familia, y las acciones populares del Ayuntamiento de Bilbao y la asociación Clara Campoamor mantienen la petición de pena de 28 años de prisión, 25 por el asesinato y tres más por los malos tratos habituales. La defensa, por su parte, en atención al veredicto, solicitó la condena mínima que permite el Código Penal al aplicarle un atenuante, de 20 años de prisión por el asesinato alevoso y con saña y 18 meses por maltratar a su pareja de manera habitual.
El jurado se mostró contrario a que se le aplique el indulto. Leonel B., siguió la lectura del veredicto por videoconferencia desde la cárcel de Basauri, donde cumplía hasta ahora prisión preventiva.
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