La desinfección del local se ha convertido en un paso previo para muchos negocios. l. a. gómez

La queja de los comerciantes: «¿Cómo nos mandan el BOE a última hora del domingo?»

Los comerciantes achacan el escaso número de tiendas abiertas «a la tardanza» de Sanidad en fijar el «protocolo de actuación»

Martes, 5 de mayo 2020, 01:05

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Había un enorme malestar ayer entre los comerciantes vizcaínos por la decisión del Gobierno central de establecer, «a las 18.22 horas del pasado domingo», la forma de llevar a cabo la apertura de sus negocios tras permanecer cerrados 50 días. «No es de recibo ... que nos envíen el BOE la víspera y a última hora de la tarde de un domingo. Es inconcebible. Solo la lectura de la normativa constituía una locura. El informe del Ministerio de Sanidad incluye 14 páginas e iba acompañado, además, de un protocolo y guía de buenas prácticas comerciales con otras 32 hojas. A nadie nos ha dado tiempo a estar preparados con semejante precipitación», protestó Rafael Gardeazabal.

El presidente de bilbaoDendak atribuyó a esta tardanza el escaso número de establecimientos que levantaron la persiana en la capital vizcaína. De los 2.400 comercios asociados, trabajaron algo menos del 25%, cuando las previsiones iniciales hablaban de una cifra cercana al 30%. Lo hicieron, como fija la normativa decretada por el ministro Salvador Illa, con cita previa, correspondiente a la fase 0 del proceso de desescalada que deberá conducir en las próximas semanas a una nueva normalidad que presagian llena de interrogantes económicas. «Se ha hecho todo tan deprisa que ha habido mucha gente que se ha rajado. Muchos colegas han preferido tomárselo con más calma y la verdad es que tampoco es que vayamos a vender mucho estos días. Lo importante es hacer llegar a la ciudadanía que estamos de nuevo de vuelta», confesó.

Las medidas de seguridad son esenicales en la reapertura de los comercios. maika salguero

Más seguridad en las tiendas

Entre las tiendas que reanudaron la actividad, interrumpida desde la declaración del estado de alarma, destacaron las de moda y sombrererías, lencerías, ferreterías, librerías, escuelas de fotografía... Casi todas se despertaron con lo puesto en materia de medidas de prevención. Dispusieron de mascarillas, geles y guantes para clientes y empleados, pero un gran número de comerciantes se pasaron la mañana discutiendo con proveedores sobre las máquinas y productos que irán incorporando en los próximos día para garantizar la seguridad «al 100%. Tenemos que trasladar la convicción de que somos un lugar seguro». Derby, la sastrería de Alameda Urquijo, contará con máquinas de ozono, pulverizadores para esterilizar en media hora las prendas que se prueben los clientes y no adquieran y lámparas ultravioletas para desinfectar probadores de 15 metros cuadrados en un cuarto de hora. «Hasta es bueno que el sector haya empezado poco a poco porque así evitaremos convertirnos en focos de propagación», subrayó Gardeazabal.

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Las ventas constituyeron otro cantar. El gremio es consciente de que se les presenta una cuesta empinadísima y que antes deberán sortear las incertidumbres de una clientela reacia a traspasar sus puertas. «Para empezar no ha estado nada mal. Tenía concertadas dos citas, he conseguido una tercera y todos me han comprado», se felicitaba Gerardo Pedrosa, dueño de una tienda de moda masculina de Indautxu. «Me he sentido como un torero que debuta otra vez. Después de dos meses, he vuelto a saltar a la arena», agradeció. «He tenido buena mano porque, menos una prenda, se han llevado todo lo que les he sacado».

A Ramón Armentia, de la boutique de lujo Veritas, tampoco le fue mal. Varias clientas se pasaron por su local de Rodríguez Arias y realizaron buenas ventas. El negocio, intuye, puede «animarse aún más» a medida que vaya avanzando la semana, «pese al miedo que se observa en muchas mujeres a meterse en locales cerrados».

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De igual opinión es Jorge Aio, gerente de BilbaoCentro, aunque asume que este proceso de adaptación» combinará «tantas incógnitas como ilusiones». En bilbaoDendak se muestran, por el contrario, más escépticos. Saben que «lo gordo» arrancará verdaderamente el próximo lunes y que la vuelta al tajo tendrá que realizarse «con los ERTEs en marcha. Arrancar con las plantillas al completo es inviable y solo nos llevaría a la ruina», advierte Gardeazabal, que calcula que muchas tiendas deberán reanudar la actividad con solo el 30% de su personal para salir adelante.

Poca gente por la calle en un día de calor. jordi alemany

Gerardo Pedrosa | Moda Gerardo

«Me he sentido como un torero que debuta otra vez. Después de dos meses, he saltado a la arena»

Jorge Aio | Gerente de BilbaoCentro

«Arrancamos con incógnitas pero también con ilusión. De esta saldremos más pronto que tarde»

Ramón Armentia | Veritas

«Hemos cerrado buenas ventas pese al miedo de muchas mujeres a entrar en lugares cerrados»

Bizkaia

  1. Susana Martínez. Jotaonce Bilbao

    Kit de prevención y una hora en el local para cada cliente con reserva

En la calle Jardinería del Casco Viejo, la tienda de ropa femenina Jotaonce Bilbao era de los pocos establecimientos que tenía las luces encendidas ayer por la mañana. La dueña, Susana Martínez, subía la persiana eléctrica para los clientes que acudían a pedir cita previa. A primera hora aún no se había acercado nadie a comprar, pero ya había varias reservas hechas para el día. «Cada uno tendrá las prendas y mi ayuda exclusiva durante una hora», explicaba Martínez que aseguraba que este método «es una gozada». Nada más cruzar la puerta, el consumidor encuentra a su disposición gel desinfectante, guantes de plástico y mascarillas. Toda precaución es poca. El local cuenta con dos probadores pero sólo uno está disponible, y «se limpiará después de cada uso». La dueña preve que muchos clientes compraran «a tiro fijo» ropa que ya han visto de antes en las redes sociales.

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  1. Alfredo del Pozo. Ferretería del Pozo

    «Nunca antes había usado el servicio de cita previa, me resulta muy raro»

Las ferreterías también abrieron sus puertas ayer para el público. En la calle Rivera, las colas se formaron por primera vez desde que se decretó el estado de alarma frente al establecimiento de Alfredo del Pozo. A pesar de que estaba previsto funcionar con citas previas, muchos ciudadanos optaron por acudir sin la hora reservada, aunque tuviesen que esperar en la acera hasta que se librase el interior. «Yo nunca he trabajado de esta forma y me resulta muy raro. Muchos han llamado para preguntar si tenemos lo que necesitan y pactamos la hora», explicaba el ferretero. Por el momento ya cuentan con diez para toda la semana. Es una tienda pequeña, pero cuenta con todas las medidas de prevención: cartones frente al mostrador para guardar las distancias y gel desinfectante en la puerta. «Hoy ha habido movimiento. Esperemos que siga así y no compren online», deseaba Del Pozo.

La limpieza de la tienda ha de ser constante. yvonne Iturgaiz

  1. Txomin Eugenia. María Lesmes

    «Seguramente no venga nadie, pero vamos a abrir igualmente»

Muchos comerciantes aprovecharon el día de ayer no sólo para atender a los primeros clientes, sino que también para poner el local a punto después de tenerlo cerrado más de un mes. Txomin Eugenia se empleaba a fondo limpiando la cristalera de la tienda María Lesmes en la calle Artekale. Eugenia vende sobre todo prendas de alta costura, en su mayoría fabricadas para vestirlas en ocasiones y eventos especiales como bodas o comuniones. Es por eso que augura poco moviento en su negocio hasta que se recupere la «nueva normalidad». «Seguramente no venga nadie, pero abriremos igualmente», relataba. Por si acaso ya tiene el equipamiento necesario para atender a clientes. La asociación de comerciantes Zazpikaleak le ha suministrado un pack con mascarillas, guantes y gel. Además cuenta con dos desinfectantes de ozono para limpiar las prendas que se prueban y no se venden.

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  1. Le Fernández. Hitz

    «La mayoría de los clientes viene a ayudarnos y echar una mano»

Le Fernández, dependienta de la tienda de ropa Hitz en la calle Dendarikale, tiene claro que su sector no es «necesario» en estos momentos, pero entiende que la gente acuda, sobre todo, porque «muchos lo están haciendo para echarnos una mano». Las medidas de prevención y el sistema de la cita previa sólo permite que haya un cliente por cada turno reservado, por lo que Fernández augura que no va a hacer negocio abriendo la tienda ahora, pero asegura que ofrecerá el servicio. En el día de ayer cerró con seis visitas, «la mayoría tenía muy claro lo que se iba a llevar». Todas las prendas habían sido tratadas con ozono y planchadas con anterioridad, pero los clientes tienen la opción de un planchado añadido antes de probarlo. «La ropa que se prueba y no se vende la metemos en plásticos herméticos y la llevamos al almacén durante 48 horas antes de volverla a lavar», detallaba.

  1. Edurne Sánchez. Zapatería Urru Bilbao

    «Hemos pedido a la gente que nos ha llamado que venga con mascarillas»

Muchos comerciantes han lamentado que el Gobierno español tardase «demasiado» en especificar cómo debía de ser la apertura de los comercios. Edurne Sánchez, dueña de la zapatería Urrun Bilbao en Colón de Larreátegui, se quejaba de que tuvo que esperar «hasta la última hora del domingo» para saber qué medidas debía tomar. A mediodía, seguía preparando su local para su primera cita, a las dos de la tarde. «Hoy me está escribiendo mucha gente por Facebook para que les haga un sitio», aclaraba. En la cristalera de la puerta había colocado dos paneles informativos. Uno con su número de teléfono, porque «muchos de los vecinos de Abando son mayores y no tienen redes sociales». El otro con las medidas de prevención que tenían que seguir dentro del local. Por su parte tienen incluso calcetines de plástico, pero han pedido a los clientes que acudan con sus propias mascarillas.

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Pocos restaurantes apostaron por la reapertura. ignacio pérez

  1. Conchi Reyero. Mercería Ledesma

    «Muchos me han preguntado desde la puerta si podían entrar»

La pandemia del coronavirus ha cambiado de forma drástica la forma de relacionarnos y de comprar. Un ejemplo es la mercería Ledesma, en la calle Henao, donde Conchi Reyero está atendiendo a gente con cita previa por primera vez en su vida. También sirve como demostración la forma en la que se le acercaron ayer varios clientes que no habían concertado un encuentro.

«Muchos han venido y me han preguntado desde la puerta muy respetuosamente si podían entrar», describía Reyero. Otro cambio que ha notado la comerciante es la actitud una vez dentro del local. «Entran manteniendo las distancias, muy cuidadosos. Les proporciono alcohol desinfectante y guantes de plástico, y aún así no tocan nada», relataba. A pesar de que tuvo meneo en el establecimiento, la mayoría de los clientes acudieron a «recoger arreglos que entregaron hace dos meses».

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  1. María Maurolagoitia. Arnaga papelería

    «Estamos con muchas ganas de volver a empezar, cero negatividad»

Sin duda, el día deseado para la mayoría de los comerciantes será el 11 de mayo, cuando dé comienzo la Fase 1 y los comercios puedan atender al público sin cita previa y con un aforo limitado del 30%. Ese es el momento que ansía María Maurolagoitia, de la papelería Arnaga en Colón de Larreátegui. Ayer volvió a abrir desde que cerraron todas las tiendas no esenciales, pero no ha estado parada.

«He estado haciendo cursos online para mejorar mi tienda y sacando chispas al tiempo. Tengo muchas ganas de empezar otra vez y quitarme toda la negatividad», contaba. Ha mantenido el contacto con sus clientes mediante Instagram y Facebook y ha hecho varias entregas a domicilio. Ahora serán ellos los que acudan a ella. «El consumidor pone la hora y no tiene límite, a no ser que venga uno detrás. Eso sí, les vamos a pedir que no toquen nada», zanjó.

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