«Antes dábamos las tablets en 5º de Primaria, ahora lo hacemos en 1º de ESO»

Uno de ellos es el colegio Askartza, de Leioa. Prohibió hace tiempo el uso del teléfono en sus instalaciones. Pero ahora han ido más allá y este curso han retrasado la entrega de tablets individuales para su uso diario desde 5º de Primaria hasta 1º de ESO. La decisión parte de una reflexión «en base a evidencias» y en la que el claustro aún va a seguir profundizando, explica su directora, Nagore Bilbao. «No vamos a dar bandazos», apunta. Todo es parte de una «estrategia digital coherente». «Hemos visto que la comprensión lectora se está viendo dañada no sólo por la digitalización, sino por la escasez de lectura». Por eso, también van a impulsar planes de refuerzo de lectura.

«La digitalización no se puede parar», apunta, por su parte, Carlos Urio, orientador del colegio Alazne. Él, por ejemplo, ya utiliza Inteligencia Artificial para adaptar los materiales a sus alumnos de refuerzo. Pero una cosa es eso, y otra muy distinta «entender la digitalización como meter un libro en PDF, que es lo que han hecho la mayoría de editoriales», censura. «Estamos a años luz de lo que habría que hacer» en cuanto a contenidos y metodologías, lamenta.

Aurelio Medina, profesor de Educación Física en el colegio público de Plentzia, está tratando de organizar un «día sin pantallas» a la semana. La idea sería implantarlo en el centro y luego extenderlo a las familias. Este docente se muestra preocupado porque en los últimos años ha apreciado un retroceso en las habilidades motrices de los menores que achaca en gran medida a los dispositivos digitales. «Los niños ya no corren y saltan como deberían», zanja.