óscar b. de otálora
Lunes, 6 de junio 2016, 16:15
El capítulo de Juego de Tronos 6x07 tiene esas características que sin duda dividen a los espectadores. Puede defraudar por ser un episodio de transición pero para los verdaderos amantes de la serie es como un plato de alta cocina, lleno de matices y sabores para 'connoiseurs'. Han reaparecido personajes poderosos y han surgido por primera vez otros que anuncian momentos épicos...o tenebrosos. En este sentido, la última entrega tiene unos cuantos guiños a otras series y al cine clásico para muy fans. Y todo parece indicar que nos dirigimos a un desenlace salvaje.
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Además, la emisión ha confirmado algo que se ha percibido como una tendencia en este sexta temporada: el sexo que caracterizó las primeras entregas se ha esfumado y en su lugar la trama se ha sumergido en un mundo de mística y religión, con muchos de los personajes atrapados en un viaje interior que no se parece en nada a lo que HBO había presentado en las primeras temporadas. Quizás sólo sea el azar pero el capítulo de ayer presentó al actor que dijo que Juego de Tronos es sólo «tetas y dragones». Se equivocaba.
A partir de aquí: un Everest de Spoilers
El nombre del capítulo no podía ser más revelador, 'El hombre roto'. Sandor Clegane, 'El Perro', ha reaparecido. Ahora sabemos que no murió tras su lucha con Brienne y que se salvó pese a sus heridas mortales.... para iniciar una inmersión en el mundo religioso. El hermano de 'La Montaña' fue sin duda el protagonista -al menos en cuanto a presencia en la pantalla- del 6x07. Sus escenas tienen un sabor a películas del tipo de 'Único testigo' o la más clásica 'Shane' (Raíces profundas), en la que un hombre violento intenta redimirse en una comunidad pacifista. Clegane sigue siendo la personificación de la rabia pero durante varios minutos, su personalidad se tambalea ante la bondad de la secta que le ha rescatado. «Sólo me mueve el odio», llega a confesar al gurú de la comunidad, que intenta alejarle de esa vida. En una aparición que sin duda es un guiño de la HBO, el supremo líder de ese grupo está interpretado por Ian McShane, el actor que se hizo famoso por interpretar al tabernero cínico, desalmado y asesino de Deadwood, otra de las series gloriosas de la misma cadena que produce Juego de Tronos. Por no hacer un spoiler dentro de un spoiler, la vuelta de Sandor Clegane a la acción promete que va a ser más sangrienta que nunca y, quizás, anuncia un enfrentamiento en el que conseguirá ajustar cuentas con su dramática infancia.
Ian Macshane es quien dijo que esta serie no es más que «tetas y dragones». Se podría pensar que es un ataque de celos ante lo escuálido de su personaje pero no hay duda de que en esta temporada eso no es cierto. Ya se ha contado que HBO ha iniciado una cruzada para sacar sus escenas más tórridas del circuito de las las páginas porno. La duda es si esta decisión es un ejemplo de madurez o forma parte de una política de la cadena. El sexo casi explícito fue uno de los reclamos que utilizaron los creadores de Juego de Tronos en las primeras entregas pero ahora parece que los guionistas quieren renegar de esa fase y lavar su imagen.
La escena más sexual -por decir algo- del 6x07 tiene por protagonista a un personaje que sin duda se está convirtiendo en uno de los secundarios clave de la sexta temporada: Yara Greyjoy. Esta princesa pirata no es sólo el ejemplo de voluntad de vencer a cualquier precio sino que está demostrando que puede ser más 'macho alfa' que el más fiero de sus marineros. Su escena en un burdel portuario la equipara con sus aguerridos compañeros tanto en sus gustos como en la forma de entender el ocio. Y en ese entorno realiza una revelación que se veía venir como el amanecer tras la noche: Ella se va a poner a disposición de Daenerys para que pueda asaltar Poniente con sus barcos. Lo que era una sospecha en el 6x06 se ha vuelto diáfano. Son las mujeres las que van a dominar el futuro de los Siete Reinos.
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Y en ese contexto aparece una niña de diez años que supera a todas sus mayores. Lyanna Mormont, la responsable de la Isla del Oso, sobrina de Jorah Mormont y dueña y señora de una de las casas del Norte. Su presencia es la de una reina infantil pero que consigue poner en apuros al propio Jon Nieve, a Sansa Stark e incluso a Ser Davos. Cuando levanta la mano para mandar callar a sus asesores revela una determinación terrible. En cierta forma, tanto su imagen como su actitud es un remedo de Alia Atreides, la niña a la que David Lynch inmortalizó en 'Dune' como el de una menor destinada a dominar el universo.
Y en ese mundo de mujeres, el enfrentamiento entre Cersei Lannister y la abuela de la reina Margaery, Olenna, es un duelo de odios en el que la anciana destroza verbalmente a la madre del rey. Ya hay indicios de que la venganza aplazada de Cersei puede ser un gran desastre, a menos que consiga aliados. Y para darle más emoción, tenemos las heridas de Arya Stark, una víctima de sus propios fantasmas, y la única palabra que por ahora hemos escuchado pronunciar a un gigante: «Nieve».
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Y de esta forma, toda la trama avanza con un paso nada acelerado hacia un desenlace que se intuye volcánico y violento. Hay una guerra, hay odios que deben recibir su ración de dolor y los personajes ya no están pensando en sobrevivir sino en ajustar cuentas. Los mundos interiores de los héroes de la trama tienen ahora el color rojo de la sangre y el negro de la noche que se cierne sobre Poniente. Hasta la llegada del capítulo 9, en el que los guionistas siempre se zambullen en el horror, habrá que pensar en cuáles son los personajes que nos están enamorando. Porque ellos serán los primeros en morir.
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