miguel ángel alfonso
Miércoles, 25 de noviembre 2015, 00:11
A Carlos Soria, el alpinista más veterano del mundo (76 años), le va a costar volver a llevarse a la boca una barrita energética o una sopa de sobre cuando intente coronar su próxima cima. Discovery Max le subió al Annapurna, en el Himalaya, junto ... a Jordi Roca, considerado el mejor repostero del planeta, que diseñó un menú de alta montaña pensado para ser cocinado a más de 7.000 metros de altura. El resultado de esta peculiar aventura gastronómica se ha plasmado en el documental El Heladero del Himalaya, que se podrá ver esta noche en abierto a partir de las 22.30 horas.
Publicidad
«Cuando me dijeron que iba a ir con Jordi pensé a lo mejor este no anda, pero comer vamos a comer bien (risas). Le pongo un sobresaliente como alpinista pese a los momentos duros que pasamos, sobre todo teniendo en cuenta que era su primera vez», explica Soria a este periódico. «Yo hasta ahora solo había subido a un monte que estaba a 500 metros de altura con el colegio en la EGB. Pero cuando sales de tu zona de confort se activa la creatividad», le responde Jordi, el hermano menor de los Roca, que regentan El Celler de Can Roca, elegido este año mejor restaurante del mundo por la revista Restaurant.
Pero cocinar en el techo del mundo no es tarea sencilla, ni tampoco requiere de fogones. El menú lo llevaban preparado desde casa gracias al proceso de liofilización, que consiste en guisar los alimentos de manera tradicional «con mucho cariño», congelarlos por debajo de los 70 grados y secarlos con una máquina para que no pierdan sus propiedades. Una técnica que utiliza la NASA en los viajes espaciales pero que en este caso podría ganar una estrella Michelin. «En esta bolsa (nos señala una fina bolsa de unos 40 centímetros) hay un jarrete de ternera, una tortilla de patatas, unas migas de bacalao y un arroz con leche», asegura Jordi. Y resulta imposible de creer hasta que no comienza a sacar todo plato por plato. Desayuno, comida y cena. Luego le añade agua caliente para que los alimentos se rehidraten y parecen recién salidos de su cocina, la tortilla incluso pasa de estar dura como una piedra a ofrecer un aspecto esponjoso (y damos fe de que estaba deliciosa).
«La próxima vez que escale me acordaré de Jordi (risas). Estábamos admirados porque comer en altura es muy difícil y aquí fue sencillísimo, sin peso extra en la mochila. Otras veces nuestro único lujo era un bote de lentejas mezclado con arroz, pero solo lo podíamos cocinar hasta los 6.000 metros. Es como comer en un buen restaurante, ni siquiera en tu casa», añade Soria.
Un helado de altura
En este viaje, Roca sorprendió a los miembros de la expedición con un helado artesano hecho con productos típicos de la región a temperatura ambiente, convirtiéndose en el cocinero que ha elaborado a mayor altitud un helado de forma natural. «Lo hice con un bol, una varilla y con mucho frío, ¡tardé dos días en hacerlo! El helado se enfriaba poco a poco pero yo rápidamente», asegura Roca. Y de esta anécdota surgió el título del documental.
Publicidad
Pero no todo fue buen comer. La expedición se llevó a cabo el pasado marzo, un mes antes del terremoto que sacudió Nepal y provocó más de 8.000 muertos, aunque todo el equipo se encontraba todavía en la zona. «Eran las 11 de la mañana y de repente todo aquello se empezó a mover, pero afortunadamente no tuvimos ningún problema, esperamos allí a que viniera el helicóptero», recuerda Soria, cuyo objetivo es convertirse en el alpinista de mayor edad en escalar los 14 ochomiles, aunque esta vez tendrá que valerse de nuevo del bote de lentejas.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.