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Yolanda Veiga
Miércoles, 28 de octubre 2015, 17:12
Aquel 28 de octubre de 1956 era domingo. La tienda, un comercio de electrodomésticos de la calle O'Donell de Madrid, estaba cerrada pero la gente se agolpaba en el escaparate. La televisión había llegado a España y los rudimentarios aparatos, grandotes y con imagen deficiente en blanco y negro, eran la sensación. Una moda que, casi seis décadas después, no pasa. Hace hoy exactamente 59 años comenzaron las emisiones televisivas en nuestro país. El discurso del ministro Gabriel Arias Salgado, una misa y poco más en el estreno. Aquella histórica emisión (se retransmitía desde el número 77 de Avenida de la Habana) solo la vieron 600 vecinos de Madrid, los que tenían tele, que en los inicios era un artículo de lujo. Costaban entre 14.000 y 30.000 pesetas, así que las familias las compraban a plazos. En los hogares sin presupuesto la costumbre era ir a ver la tele a casa del vecino... o de los abuelos, como hacía Anne Igartiburu, que ya aprovechaba y se quedaba a merendar. La presentadora de TVE y una quincena de rostros conocidos de la cadena pública y de las privadas se entregan a un ejercicio de nostalgia y rescatan anécdotas infantiles en torno a esa pantalla de televisión que miraban con los ojos grandes de los niños. Esa que observan ahora desde dentro.
«La gran serie que nos fascinaba a mis hermanos y a mí era 'Kung Fu'. Hacíamos judo por iniciativa de mi padre, que creía que hacer deporte y algo de defensa personal no violenta, como el judo, era una buena formación. Cuando anunciaron la serie nos pusimos como locos. Pero hete aquí que mi padre se entera de que en el primer capítulo hay bastante violencia. La verdad es que el pequeño saltamontes se carga al emperador con una lanza y de ahí que se tenga que largar por pies y toda la serie él venga que te escapa y venga huida y más huida... Así que mi padre decidió ver ese episodio y nos dijo que si no era muy violenta nos dejaría ver la serie. El berrinche que pillamos por no poder ver el primer capítulo fue de armas tomar. Pero mi padre que no, que no y que a la cama. A mí se me caían los lagrimones, escondido en el pasillo para poder por lo menos escuchar la tele. Lástima de internet, que así lo podría haber visto repetido cuando quisiera, pero de aquellas... Al final pudimos disfrutar de las andanzas de David Carradine y de su kung fu no violento todo lo que quisimos, menos del primer capítulo. Tremendo, ¿verdad?».
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«Recuerdo mi infancia sin televisión. Cada vez que quería ver un programa pasaba a la casa de mis abuelos maternos. Por eso era importante decidir lo que veía, que entonces tampoco había tanto. El programa que me apasionaba era 'El hombre y la tierra'. Recuerdo disfrutar con aquellas imágenes de animales tan de cerca y los relatos de Félix Rodríguez de la Fuente. Al crecer, seguí pasando a casa de los abuelos para disfrutar de ese rato con ellos merendando -ya que en casa no había tele «por principio», ja ja. ¡Quién lo hubiera dicho!- y para ver 'Un, dos, tres' y 'Aplauso'. Hoy, cuando hablo por trabajo con Bon Nico, uno de los componentes del Ballet Aplauso, me hace ilusión recordar mi infancia de tele 'a ratos muy elegidos'».
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«Recuerdo la primera television que tuvimos en mi casa, naturalmente era en blanco y negro. Mi padre era actor aficionado y en aquella epoca se emitía una serie llamada 'El Conde de Montecristo'. Su protagonista era el actor Pepe Martín. Cada vez que me lo encuentro ahora en algún estreno me alegro muchísimo. ¡Quién iba a pensar entonces que yo también sería actor!».
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«Cuando yo era pequeña la televisión no se veía con la regularidad con la que ahora se ve, que se siguen las series con cierta dependencia. Antes te perdías una emisión de 'Los Payasos de la Tele' porque tenías que estudiar y no era ninguna tragedia, pero cuando sí te podías permitir sentarte ante el televisor era una gran fiesta familiar. Recuerdo una cierta identificación con el personaje de Pipi Calzaslargas porque era una niña muy valiente y aventurera a la que recuerdo saltando, brincando y trepando por los árboles, algo semejante a lo que yo hacía de pequeña con mis hermanos cuando vivíamos en el campo. No puedo, no quiero borrar de mis recuerdos de infancia el misterio que me producía cómo Locomotoro inclinaba todo su cuerpo unos cuántos grados hacia el suelo, algo que volví a ver en un vídeo de Michael Jackson, en 'Smooth Criminal' allá por 1987, tantísimos años después. 'Marco', 'Heidi', 'La abeja Maya', son las series que veía de pequeña antes de iniciarme en programas de televisión a los que no podía dedicarles muchas horas, pues las clases y los estudios eran lo primero antes de encender la televisión, que se reservaba en mi casa como un entretenimiento para el fin de semana».
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«Programas de mi infancia por 25 pesetas cada uno... Sin duda, el 'Un, dos, tres' de Mayra Gómez Kemp. El problema es que mi padre quería ver 'La Clave' de Balbín en La 2 y solo nos dejaba ver la parte de las preguntas, así que nos perdíamos los premios, el apartamento de Torrevieja y la Ruperta. Nunca olvidaré aquellos viernes en mi casa de Irún con mis padres y hermanos».
«El recuerdo más remoto que tengo es de Kiko Ledgard, en blanco y negro, presentando magistralmente el mítico 'Un, dos, tres responda otra vez' y al bueno de Valentín Tornos dando vida a Don Cicuta. Eran mis ídolos de la tele».
«Qué poca variedad teníamos en la televisión cuando yo era pequeña y cuánto nos gustaba...Yo recuerdo ver 'Barrio Sésamo' con mi hermana mayor al salir del cole por la tarde, nos reíamos con los personajes y aprendíamos muchas cosas. Los viernes no me perdía 'Un, dos, tres', pero empezó a gustarme mucho menos cuando los niños de mi clase me giraban las coletas con aquello de 'piticlín, piticlín' ... ¡Qué dolores de cabeza!».
«El programa que marcó mi infancia fue el mítico 'Un, dos, tres', en la etapa en la que lo presentaba Kiko Ledgard. Siempre lo veía en casa con la familia».
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«Recuerdo la tele en blanco y negro con un programa que se llamaba 'Torneo', era de deportes y ponía a competir a colegios de todo el país. También 'Cesta y Puntos', con críos a los que les hacían preguntas para ver quién era el más listillo de la clase. Y 'Los Chiripitifláuticos', con los Hermanos Mala Sombra y Locomotoro, nunca llegué a descubrir cómo podía inclinarse tanto sin caer. Los dichosos rombos de las películas servían para que nuestros padres pudieran por fin quedarse solos a descansar y la canción de 'Vamos a la cama' nos acostaba. Y ¡por fin! un día ver a una niña con coletas en la tele de unos vecinos que era en color. La sensación de ver las imágenes en color fue maravillosa. Era la forzuda Pippi Calzaslargas».
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«Fue un programa de contracultura del que me acuerdo mucho. Era crítico, irreverente, valiente y muy raro. La música, los dibujos, esos electroduentes que me tenían hipnotizada y la bruja Avería, que hasta me daba miedo. Recuerdo frases inolvidables que entonces ni entendía. 'Me importa un vatio', 'Viva el mal, viva la capital'. Estaban Alaska, Pablo Carbonell, Kiko Veneno... No podía ser mejor».
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«Me gustaban mucho los dibujos animados tipo 'D'Artagnan y los tres mosqueperros' o 'Comando G', pero lo que más veía era 'Barrio Sésamo'. Me encantaba la locura de Espinete, eso de ir en pelotas todo el día y luego ponerse el pijama me tenía totalmente fascinado».
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«Recuerdo '¿Es usted el asesino?, serie de terror protagonizada por Narciso Ibáñez Menta (padre de Chicho Ibáñez Serrador). Trataba de un asesino en serie que mataba a sus víctimas con un paraguas. La veía los viernes por la noche y me iba muerto de miedo a la cama».
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«La primera parte de 'Valentina', basada en la novela de Ramón J. Sender 'Crónica del alba', dirigida por Antonio José Betancor en 1982. TVE la emitió en forma de serie. Para mí fue el descubrimiento de Jorge Sanz en el papel de Pepe, que estaba enamorado de Valentina (interpretada por Paloma Gómez) en un pueblo del norte de España a principios del XX . Creo que yo tenía 8 ó 10 años, pero he recordado muchas veces la sintonía de la cabecera, la historia de amor imposible entre Pepe y Valentina (y el personaje de adulto, José Garcés, prisionero en Francia tras la Guerra Civil, aferrándose al recuerdo de su primer amor). Recuerdo una escena en la que Anthony Quinn en el papel de maestro le pregunta a Pepe por el Teorema de Pitágoras... Y Pepe: '¿Pitágoras, no? ¿Me estás preguntando por Pitágoras, no, por el teorema?'. No tenía ni idea, claro».
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«¿Un programa para el recuerdo? 'La Clave'. Veíamos el programa los viernes, en familia. Primero, la película y, a continuación, el debate».
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«El programa que me marcó en mi infancia seguramente fue 'Un globo, dos globos, tres globos', que se emitió en 1974, porque con él se amplió definitivamente la programación infantil de tarde en TVE».
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«Me quedo con 'El Grand Prix'. Me encantaba ver ese programa con mi prima y mis padres. ¡Y me hubiera encantado participar! Si volviera a la parrilla de la televisión me volvería loca por presentarlo».
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«Si tuviera que elegir un programa que recuerde con mucho cariño de cuando era niña diría 'Waku Waku'. Lo presentaba Consuelo Berlanga».
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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