Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Óscar Cubillo
Sábado, 17 de junio 2017, 13:28
El viernes acabó la séptima temporada del Izar & Star, el ciclo en el que músicos preferentemente vascos adaptan a sus ídolos e influencias. Para cerrar el séptimo ciclo, qué mejor que homenajear a una influencia general, quizá por encima de los Beatles, que también se ... basaron en su estilo: Chuck Berry
(Charles Edward Anderson Berry, San Luis, Misuri, 18 de octubre de 1926 - 18 de marzo de 2017), pionero y creador del rock and roll muerto este marzo a los 90 años dejando como legado póstumo el disco Chuck y la intención de su hijo de seguir exprimiendo su memoria con conciertos por todo el mundo. A ver qué tal le sale la maniobra exploitation.
El viernes, en un Kafe Antzokia con solo un tercio de entrada, lo que pilló de sorpresa a la organización por la categoría del mito y la calidad del cartel, se sucedieron cuatro grupos, a unos 20-25 minutos cada uno y con cambio rápido de escenario (unos 10 minutos). Abrieron plaza The Reverendos, cuarteto de Getxo, que en 26 minutos y 6 piezas repasó el LP St. Louis To Liverpool.
(1964), el séptimo del cascarrabias, con la voz nasal lineal del pianista y líder Reverendo Igor reminiscente del Professor Longhair, la guitarra Grestch Brian Setzer Hot Rod de Álvaro saliéndose en los punteos, dianas como No Particular Place To Go y el cañero adiós con Go Bobby Soxer, y espectáculo al invitar a subir a bailar a chicas en Never Can Tell, la del baile de Pulp Fiction (solo dos valientes subieron).
Luego los joveznos (tienen 18-10 años) iconoclastas donostiarras Albert Cavalier oficiaron fuera de lugar y lo sabían. Son cuatro, al bajo tienen a una chica (la única fémina que ofició entre los 17 músicos que subieron a escena; en los festivales con subvenciones hay más chicas música sobre las tablas porque suele ser condición indispensable para recibir el dinero), y en 26 minutos y 6 piezas rompieron la cuerda del bajo (no lo decimos por machismo: a ver si llegan al último párrafo), deconstruyeron por igual las versiones de Berry y sus originales en un cóctel ruidista que etiquetaron como fuzz and roll, resonaron a Jesus & Mary Chain, Cure, Pixies y mucho siniestrismo ochentero, a veces leyeron del suelo las letras de las versiones en una especie de teleprompter manuscrito, arrancaron odiosos y aburrieron a La Reina, y terminaron guay con las tres últimas, entre ellas los clásicos Dont You Lie To Me (en plan soul shoegazer) y Maybellene (a lo Raveonettes).
Triunfaron absolutamente los bilbaínos Graceband, un supergrupo con peña de Los Jalapeños de La Frontera, Cherry Boppers, Gacela Thompson Los seis aceleraron durante 5 temas (el quinto un popurrí quíntuple) en 22 minutos vía Elvis en Las Vegas (You Cant Catch Me), a lo Sha-Na-Na rumberos (Come On), como Shakin Stevens & The Sunsets saltarines (Sweet Little Sixteen) o tipo los Pirates sincopados (Nadine). Se lo montaron con dinamismo, brillo y personalidad, y su frontman, el bigotudo Jon jalapeño Gartzi, sedujo a todos los presentes (de ambos sexos) porque es muy divertido.
Cerraron la plancha los cántabros Hendrik Röver & Los Míticos GTs, o sea el líder de Los Deltonos más la sección rítmica formada por Goyo y Toño, la G y la T. En 25 minutos y 6 covers con trucos de Dr. Feelgood, George Thorogood y ZZ Top arrancaron brillantes (Thirty Days) pero acabaron alargando punteos (Its My Own Business) y amortiguando su impacto, aunque siempre bien, ¿eh? Ah, Hendrik rompió la cuerda de su Epiphone, le prestó su Gretsch Carlos Beltrán, de Graceband, y en los dos últimos últimos temas mejoró sobremanera el sonido.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.