César Campoy
Viernes, 2 de junio 2017, 12:04
Tan sólo un año antes de la edición de uno de los discos capitales del punk hispano, y una de las fuentes de inspiración más recurrentes de centenares de bandas surgidas a partir de la década de 1980, Julián Hernández, Alberto Torrado, Miguel Costas y ... Germán Coppini ideaban, en aquel efervescente Vigo, una de las formaciones más imprevisibles e irreverentes que ha dado nuestra música. Suena a manido, pero, hoy en día, Siniestro Total no podrían existir; serían el ejemplo perfecto de lo políticamente incorrecto. El secreto de su pervivencia sin duda, reside en una palabra: autenticidad. Desde su nacimiento, y prácticamente hasta principios de este siglo, el proyecto se ha caracterizado por alejarse de postureos absurdos, y hacer, de sus primeras (ojo, hasta cierto punto) limitaciones compositivas e interpretativas, una marca de la casa, inconfundible, perenne.
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Todo en Siniestro Total es original (incluso su manera de revisitar los temas clásicos en los que se inspiraban) e intransferible, y todos y cada uno de los pintorescos episodios que definen sus primeros años (aquel accidente de coche que hace que Mari Cruz Soriano y Los que afinan su piano decidan mutar su nombre al definitivo) contribuyeron a cimentar las bases de una leyenda consolidada muy pronto a partir de la actitud de sus componentes y su puesta en escena. Un siempre atento Jesús Ordovás es el encargado de echarles el ojo y comenzar a promocionarlos desde Radio 3. La conmoción en Madrid es inmediata, y otro avispado personaje de la escena musical de aquellos años, Servando Carballar, los ficha inmediatamente para que sea su sello, DRO, el encargado de editar sus primeras referencias oficiales.
De esta manera, tras la publicación del epé 'Ayudando a los enfermos', compuesto por 'Ayatolah!', 'Matar jipies en las Cíes', 'Mario (encima del armario)' y 'Purdey', ve la luz su estreno sonoro en formato largo. '¿Cuándo se come aquí?' fue grabado en menos de una semana y es una muestra inapelable de auténtico punk; inmediato; en ocasiones, cafre. Piezas de apenas dos minutos, cuyas letras epatan a la primera; servidas a partir de unas técnicas vocales e instrumentales que no pasan desapercibidas. Aquel disco, apenas dejó indiferente a nadie. De hecho, llegó a sufrir los rigores de la censura y la autocensura e, incluso, fue objeto de burla y menosprecio por ciertos sectores del mundillo musical. Décadas después, apenas se escuchan voces que nieguen su importancia en la historia de la música moderna española.
Basado en una filosofía marcada por esa inmediatez, la sencillez a la hora de ejecutar las piezas y lo tremendamente surrealista de los textos, '¿Cuándo se come aquí?' incluye 15 temas servidos sin medias tintas. Muchos de ellos se convirtieron, inmediatamente, en clásicos del grupo, entre ellos, los ya conocidos 'Ayatolah!' y 'Matar jipies en las Cíes'. De estribillos pegadizos, y letras provocativas a más no poder, destinadas a despertar la indignación de, prácticamente, todos los sectores y colectivos políticos, sociales y culturales del planeta, títulos como 'Todos los ahorcados mueren empalmados', 'Fuera las manos chinas del Vietnam socialista', 'Las tetas de mi novia' u 'Hoy voy a asesinarte' no dejaron indiferente a, prácticamente, nadie.
Así pues, '¿Cuándo se come aquí?' se convierte en uno de los estrenos sonoros más impactantes de los 80 del siglo pasado. Inmediatamente, Siniestro Total se consolidan como una de las puntas de lanza de la rama más gamberra y atrevida de aquella movida musical. Su particular sentido del humor, como el lector sabrá, seguirá siendo cultivado por una banda que mantuvo el listón alto durante muchos años (pese a la prematura salida de Coppini y los cambios en la formación), y que alcanzó su techo de popularidad con la edición del directo grabado en la sala Arena Auditorium de Valencia, 'Ante todo mucha calma' (BMG, 1992), tras trabajos tan recomendables como 'Siniestro Total II: El Regreso' (DRO, 1983), 'Menos mal que nos queda Portugal' (DRO, 1984), 'Bailaré sobre tu tumba' (DRO, 1985), 'De hoy no pasa' (DRO, 1987), 'Me gusta cómo andas' (DRO, 1988), 'En beneficio de todos' (DRO 1990) o 'Made in Japan' (BMG, 1993, momento que supone la salida de Costas, y el liderazgo de Hernández), y temas eternos como 'No somos de Monforte', 'Más vale ser punkie que maricón de playa', 'Trabajar para el enemigo', 'Opera tu fimosis', 'O tren', 'Carol', 'Assumpta', 'Señor, ilumina mi corazón', 'Te quiero', '¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Adónde vamos?', 'Si yo canto', 'Bailaré sobre tu tumba', 'De hoy no pasa', 'Diga qué le debo', 'Pueblos del mundo: ¡extinguíos!', 'Alégrame el día', 'Hermano, bebe', 'Camino de la cama', 'Vamos muy bien', 'Todo por la napia' o 'Miña Terra Galega' (basado en el 'Sweet Home Alabama' de Lynyrd Skynyrd), ejemplo magno de la habilidad del grupo para reconstruir clásicos del rock internacional y hacerlos suyos a partir de una maestría incuestionable que gestó una manera peculiar de enfrentarse a la música para crear y patentar un sello, el del sonido Siniestro Total, imperecedero.
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