César Campoy
Miércoles, 15 de marzo 2017, 17:24
El combo liderado por el carismático Gaby Alegret ha pasado a la historia como una de las formaciones garageras con más repercusión de la historia de la música española. Los catalanes no fueron los únicos en mostrar la vena más contundente del rock y del ... pop, pero sí supieron labrarse una fama de banda fiera, provocativa y llamativa, que llegó a un público mayoritario, y que les ha acabado colocando entre los 10 conjuntos ibéricos más importantes de la segunda mitad de la década de los 60 del siglo pasado.
Publicidad
Surgidos a principios de dicha década, la alineación integrada por el propio Gaby, Andy González, Francisco Miralles (más tarde, sustituido por Julián Moreno), Sebastián Sospedra y un jovencísimo Delfín Fernández (se inició en la banda apenas cumplidos los 15 años) es la más recordada y fructífera que brindaron Los Salvajes. Tras la edición de un epé bajo el manto del sello Marbella, repleto de versiones que evidenciaban la querencia de muchos de aquellos combos por los clásicos franceses e italianos, y una dura pero fructífera aventura alemana al más puro estilo de The Beatles (más de medio año rodando por salas de diversa clase a partir de duras sesiones de interminables conciertos), Los Salvajes retornan a España tremendamente curtidos y acaban fichando por Regal, una de las filiales de EMI.
A esas alturas, Gaby y los suyos ya estaban considerados los The Rolling Stones hispanos. Su progresiva evolución hacia sonidos más contundentes y, posteriormente, psicodélicos, se hizo evidente muy pronto. Las revisiones de piezas románticas de corte italiano fueron dejando paso, sin dilación, a históricas adaptaciones (algunas, memorables) como las de '(I can't get no) Satisfaction' o '19th nervous breakdown'. Además, Los Salvajes se animaron a mostrar su facilidad para facturar composiciones propias de intensidad inapelable. Eso les llevó a grabar temas propios de la altura de 'Soy así' o 'Es la edad'. En torno a 1966, el conjunto ya se había convertido en indiscutible de la escena española, no sólo por su calidad compositiva e interpretativa, sino también por su llamativa puesta en escena y su facilidad para provocar a partir de, sin ir más lejos, su colorido atuendo y la carismática chulería del propio Gaby.
La indudable repercusión que ha adquirido el quinteto invita a EMI, en 1967, a lanzarse a editar un elepé de una docena de perlas que incluirá temas publicados antes y después de su salida. Este 'Lo mejor de Los Salvajes', así pues, vendría a ser un clásico recopilatorio (en aquella época, los sellos no arriesgaban demasiado). Eso sí, medio siglo después de su edición, sigue siendo uno de los discos más contundentes y provocativos que dio la segunda mitad de la década de 1960. Como el lector apreciará, ya el diseño de su carpeta avanzaba al respetable por dónde iban a ir los tiros. Su portada es una suerte de creación colorista y lisérgica, mientras que la contra muestra una de las instantáneas más recordadas del conjunto. En ella, los cinco aparecen vestidos con llamativos ropajes (los ponchos, las clásicas casacas...), mientras Sebastián empuña (toda una declaración de intenciones) un sitar.
'Es la edad'
Musicalmente, este larga duración es impecable, ya que está repleto de éxitos incontestables que, además, definen a la perfección la filosofía de Los Salvajes. El disco se abre con la memorable 'Vivir sin ti', una de las cimas interpretativas del grupo, a partir de ese hipnótico fuzz, así como esos aires souleros que confieren los vientos. Gaby está inmenso, ayudado, además, por una sección rítmica en estado de gracia. Le sigue uno de los emblemas del combo, 'Soy así', un verdadero himno generacional, reivindicado, incluso, por algunos rockeros este siglo XXI. Vendría a ser el 'My generation' de los 60 hispanos. Su ritmo garagero y de R&B, sus guiños (al 'Al Capone') y el desparpajo mostrado por Alegret hacen de ella una pieza irresistible. Sigue la banda demostrando su valía compositiva con la romántica aunque contundente 'Rosa de papel', original de un inspirado Julián Moreno, que da paso a la mencionada 'Al Capone', el mítico instrumental del conjunto. La cara A de aquel vinilo se cerraba por todo lo alto con una revisión del 'The boat that I row' de Neil Diamond, reconvertido en un 'El bote que remo' con un bajo insuperable, así como la enésima muestra psicodélica garagera de Los Salvajes, una punzante 'Las ovejitas' que también recuerda mucho a The Who.
Publicidad
Y hablando de lisergia, evidentemente, el emblema más recordado del quinteto no es otro que la magna 'El bigote', insuperable perla del género en su vertiente ibérica, a base de hipnótico sitar y cambios de ritmo. El jovencísimo Delfín, precisamente, es uno de sus autores, como también lo es del siguiente tema del disco, la dramática 'Fuera de mi corazón' (repleta de arreglos instrumentales) que vuelve a convertirse en vehículo de lucimiento de Gaby. A partir de aquí, a modo de mascletà final, tres de las versiones más celebradas del grupo (hay que recordar que, algunas de ellas, lograron más repercusión y éxito en España que las piezas originales). Hablamos de las míticas 'Corre, corre' (grandiosa, a partir del 'Keep on running' que popularizaron The Spencer Davis Group), una 'Todo negro' (el 'Paint it, black' de los Stones) convertida en número uno y clásico de la cultura popular ibérica, y 'Una chica igual que tú' (adaptación del 'With a girl like you' de The Troggs). La guinda al pastel la pone otro de los emblemas del grupo y de aquella quinta, y uno de los mejores temas que brindó el garage sesentero europeo, una 'Es la edad' cuya letra destila rebeldía e inconformismo. Su final, caótico y salvaje, define a la perfección un proyecto tan descarado como necesario para que nuestra música evolucionara.
'Fuera de mi corazón'
Y es que, posiblemente, este 'Lo mejor de Los Salvajes' marca uno de los puntos álgidos del conjunto. Un año más tarde, en 1968, todavía bajo la cobertura de EMI, pero, ahora, apoyados en La Voz de su Amo, los catalanes cambiarán un tanto de registro al entregarse (posiblemente "invitados" por su sello) a la revisión de éxitos internacionales de tono un tanto más festivo como el 'Baby, come back' o 'Judy in disguise (with glasses)'. Evidentemente, estas versiones adquirían una mayor fuerza a partir de la característica voz de Gaby, así como de la rabiosa maestría instrumental del resto del conjunto. Estas adaptaciones se combinan, no obstante, con nuevas creaciones originales como la celebérrima 'Los platillos volantes', en la línea de esa vertiente más psicodélica, que demostraba que Los Salvajes estaban en plena forma. No obstante, esa deriva, así como algunos cambios en la formación (entre ellos, la salida de Alegret), precipitan el final del grupo justo cuando la década llegaba a su fin.
Publicidad
A finales de los 70 del siglo pasado, no obstante, Gaby retornó, bajo el nombre de Los Salvajes, aunque con banda nueva. Lo hizo con unos aires repletos de rock duro, y bajo la marca llegó a editar varias referencias como 'Salvajes' (Belter, 1981) o 'Rockero prematuro' (Belter, 1982). Precisamente a finales de los 80, la formación más recordada del grupo volvió a reunirse, en plena época de fervor por recuperar la esencia e historia de algunos de los pioneros de nuestra música. Homenajes, colaboraciones con nuevas generaciones de artistas, giras y diversas reediciones y recopilaciones parecen poner, de una vez por todas, a Los Salvajes, en el puesto de honor que merecen.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.