Silvia Cantera
Martes, 18 de octubre 2016, 18:18
Cada 20 de abril todos tenemos al menos un amigo que comparte la canción de Celtas Cortos en su muro de Facebook. Cada año. La banda vallisoletana lleva ya tres décadas fusionando estilos, dándole un aire rockero al folk y siendo algo más que la ... responsable de uno de los temas más ligados al calendario. Tras varios discos en directo, ahora dan un paso más allá y el 4 de noviembre presentan un nuevo trabajo, que recoge la grabación de un concierto en Asturias con la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias. Más de un año de trabajo previo que ofrece una evolución en su sonido. «Me afloraron un montón de recuerdos», confiesa el cantante Jesús Cifuentes, 'Cifu'.
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¿Cómo recuerda aquel concierto?
Fue una semana muy intensa. No fue solo el concierto. Hubo muchos ensayos previos y grabaciones de ensayos sin público. Justo me habían llamado también de la cátedra de Leonard Cohen para unas charlas en la universidad. Tenía un enorme volumen de trabajo y todos los sentidos al 100%. Además tengo un pasado asturiano por mi infacia. Me afloraban un montón de recuerdos. Fue un momento para el reencuentro con amigos y la experiencia con la orquesta fue abrumadora.
¿Por qué eligieron Asturias?
Se dio una situación muy bondadosa. Con la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias fueron todo facilidades. En los días previos por cuestiones técnicas se paralizó la vida del auditorio para otros evento. Siempre tuvimos el brazo tendido y fueron muy comprensivos. Además, en Asturias tengo un montón de amigos y familia. Me produce una sensación muy cómoda, como de estar en casa. Aprecio a los asturianos por mi pasado y por el espíritu que gestan. Son personas muy amables
¿Cómo llevaron a cabo la elección del repertorio?
Se gestó con mucha anterioridad. Tuvimos que escribir todos los arreglos orquestales. No cabía ningún tipo de improvisación. Hubo mucho tiempo previo de estudio. Quizás un año o un año y medio de preparación. No lo tengo muy claro, pero los arreglos llevan mucho tiempo. Previamente habíamos hecho otros conciertos sinfónicos, pero no los habíamos grabado así. También hemos desarrollado nuestro repertorio con bandas municipales, que en este caso tienen más peso de metales que de cuerda.
No es su primer disco en directo, pero sí el primero que graban con una orquesta sinfónica
Habíamos hecho ya grabaciones en eléctrico, de forma tradicional. Es nuestro territorio habitual, un terreno que ya está trillado para nosotros. Supone otra manera de estar. Además, este concierto te coloca en otro plano emocional. Y descubres que una leve respiración es la leche. Con los amplificadores todo va de otra manera. Aquí tienes que cuidar otro tipo de detalles y es una experiencia absolutamente diferente.
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Este disco tiene además fines solidarios
Colaboramos con un orfanato en Katmandú. Conocemos a gente que trabaja allí. Parece que el terremoto de Nepal ya ha quedado en el olvido, pero aún hay muchas necesidades. Ya llevábamos tiempo colaborando de otra forma y queríamos que una parte del disco fuera también para este proyecto.
¿Harán una gira con este nuevo trabajo?
Nos pilla todo revuelto. El 19 de noviembre acabamos con la gira actual y ya estamos cocinando temas nuevos. La actividad que llevamos es frenética. Hace dos años que sacamos nuestro último trabajo de estudio y ya estoy con ganas de algo nuevo. Son muchas horas de estar uno consigo mismo y he ido grabando un montón de ideas. Primero he ido poniendo la música y después llegan las palabras, que suele ser lo que más me cuesta. Hasta Semana Santa haremos trabajo en casa. Es todo a la vez, estamos envueltos en muchos proyectos. El nuevo trabajo dará pie a más conciertos sinfónicos, pero también habrá eléctricos. Y habrá que poner todo en común en el estudio. No queda otra que hacer frente al camino tal y como nos viene.
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¿Y seguirá adelante con su carrera en solitario?
No lo tengo en mente, pero nunca ha estado aparcado. Depende de cómo distribuya los tiempos. Cuando tenga un espacio.
¿Qué le pasa por la cabeza cuando piensa en que lleva ya 30 años dando conciertos?
Cuando estás inoculado con el virus de la música, esto se convierte en un no parar. Tenemos la necesidad de seguir activos. Es una gran aventura. De hecho, escuchando a otra gente siempre descubres nuevos productos que no puedes evitar probar.
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«Nunca he dejado de investigar»
¿Qué balance harían de estos 30 años?
Como dice nuestra canción, 'Solo recuerdo lo bueno, de lo malo nada'. Todo hay que valorarlo en su conjunto. Empezamos como un grupo de amigos que no solo compartían música. Seguimos disfrutando de esa esencia pese a los sinsabores de la vida. Somos unos corredores de fondo. No puedes acostumbrarte. Puedes estar un día en la cresta de la ola, pero a lo mejor poco después te toca estar bajo esa misma ola. Nunca he desistido ni dejado de investigar. No tenemos metas concretas, solo queremos disfrutar de la aventura y de los amigos que hemos ido haciendo por el camino.
Vamos, que pese a esos sinsabores, compensa
Sin duda. No le veo sentido a estar continuamente mirando hacia atrás, aunque sea algo que hacemos todos. Para atrás solo me gusta mirar para aprender. Lo pasado pasado está. Creo que tienes que mirar hacia delante y aprender a no maltratarte con recuerdos. Ahora ya tenemos críos pequeños, algunos incluso ya no son tan pequeños. El pasado ya está más desenredado y ahora afrontamos la vida con más sabiduría.
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¿Y aún recuerda su primer concierto?
No te creas Se me amontonan los antes y los despueses. Me acuerdo de la etapa en la que ni siquiera éramos los Celtas, éramos completamente punkys haciendo música instrumental. Estábamos mal vistos por los funkys ortodoxos y por los rockeros ortodoxos. Además yo hacía monólogos bastante irreverentes sobre el escenario. Fueron días de mucha intensidad. Era una fiesta enorme para unos adolescentes como nosotros.
¿Y qué relación mantienen con antiguos temas como '20 de abril' o 'Cuéntame un cuento'?
Llega un momento en el que empiezas a odiar esas canciones. Pero después de ese momento de crispación, te reconcilias con ellas y las redescubres. Te acabas dando cuenta del significado que tiene para mucha gente, de las experiencias que han vivido con esas letras y creo que eso merece mucho respeto.
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¿Y para cuando una visita a Euskadi?
Tenemos previsto pasar muy pronto por allí. Con el norte en general tenemos mucha afinidad. De hecho, de los 7 a los 15 años estuve viviendo en Gasteiz porque tuvimos que mudarnos por el trabajo de mi padre. Aún recuerdo las peleas entre los de mi colegio, los Maristas, y los del de al lado a castañazo limpio. Sí, sí, nos dábamos con las castañas pilongas, que eran durísimas y no sé cómo no nos abríamos la cabeza Tengo muy buenos amigos por allí y he colaborado con un montón de grupos vascos incluso cantando en euskera. Son un gran admirador del País Vasco y de todo lo que le envuelve.
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