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ana del castillo
Miércoles, 27 de abril 2016, 18:43
En cualquier otra situación, leer la palabra solomillo abre el apetito e invita al lector a imaginarse un pedazo de carne tierna y sabrosa untada en salsa. Pero lejos de hacerse la boca agua, lo que les vengo a contar es la ida de olla de los Beatles en 1966 cuando decidieron posar para el fotógrafo Robert Whitaker. La banda de Liverpool buscaba innovar y hacer una portada diferente para su noveno trabajo de estudio, 'Yesterday and Today', y terminó protagonizando 'La portada del carnicero'.
Pero vayamos por partes (frase que viene muy al pelo para hablar de este asunto). Una cabeza de muñeca rodaba por el suelo mientras John Lennon, en actitud juguetona, posaba sobre sus piernas una chuleta, que a la brasa y un poco de ajo hubiera estado buenísima, pero estaba cruda. Otro pedazo le colgaba por el hombro izquierdo; y el derecho soportaba el ligero peso de una muñeca decapitada y con quemaduras de cigarro. Además, también había ojos de juguete y un par de dentaduras postizas.
Ya habían obsequiado a la humanidad con temas como 'Twist and sound' o 'I wanna hold your hand' y gozaban de una importante notoriedad comercial en Estados Unidos. Eran unos jovenzuelos de pelo casco y trajes muy bien planchados. Icono de masas y ejemplo a seguir para millones de músicos. Querían experimentar, mear fuera del tiesto de las discográficas. Así que se dejaron llevar por las barrabasadas de Whitaker, que les tentó a posar como nunca antes lo habían hecho y The Beatles, grandes hacedores de humor negro y cansados de las habituales sesiones de fotos, vieron en la proposición una oportunidad para romper con lo musicalmente correcto de la época. Solo tienen que fijarse en la cara de entusiasmo de John Lennon para entender que aquella sesión fue mucho más que un par de poses. Supuso un sosiego. Olvidaron el número de ventas, las interminables giras, los kilómetros recorridos y el exigente éxito para jugar a las muñecas. Ringo, Paul, John y George volvieron a la tierna infancia.
Tras una divertida sesión fotográfica eligieron una imagen para llevarla a la portada del álbum, pero la discográfica y la censura estadounidense no fueron indulgentes y obligaron a retirar del mercado el disco, cinco días después de su lanzamiento. Incluso algunas tiendas se negaban a poner en sus stands el álbum por lo grotesco de la imagen.
La foto de la resignación
La polémica obligó a la banda a posar de nuevo, con cara de primera comunión, y sin levantar ampollas.
Y el resultado fue una fotografía correcta, de esas a las que las abuelas buscan un bonito marco. Paul McCartney, metido en un baúl, no hace ni una sola mueca y Lennon no puede mostrar más su disconformidad con la decisión. No estaban contentos y se les notaba.
El sello Capitol Records lanzó otra tanda de copias de 'Yesterday and Today', sin embargo ya se habían vendido decenas de copias de la primera edición. Lo cutre del asunto es que en la segunda tirada, algunos fans se encontraron con que habían pegado con cola la nueva portada sobre las batas blancas. Para muchos coleccionistas, suponía un valor añadido y hoy en día, uno de esos vinilos puede superar las 3.000 libras. "Si lo llego a saber me quedo con uno". Palabra de Ringo Starr.
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Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
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