

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Miguel Pérez
Jueves, 8 de octubre 2015, 19:50
'Immaculate Fools' forma parte de las canciones que permiten comprender mejor el pop británico de mediados de los 80. Y lo que son las ... paradojas de la vida, en su momento no sirvió para que sus autores, la homónima banda Immaculate Fools, ganara el éxito en su propia tierra. Ha sido el paso del tiempo el que ha dado alcance y dimensión a este grupo que aportó luz en un territorio donde reinaban The Smiths, The Police, The Cure o The Cult y que tuvo su correspondiente reflejo sombrío en la España de la movida influyendo sobre formaciones como Parálisis Permanente o Alaska y los Pegamoides. Ahora es la oportunidad de revisar el legado brillante y melancólico de la banda comandada por Kevin Weatherill, quien ha decidido ponerse de nuevo en camino con una larga gira que el próximo 11 de octubre hará escala en el Kafe Antzokia de Bilbao.
Immaculate Fools nació en 1984 en Londres como resultado de la unión de dos parejas de hermanos. Una de ellas lideraba el rumbo: Kevin (voz, guitarra) y Paul Weatherill (bajo, voz). La otra la formaban Andy (guitarra) y Peter Ross (batería), quienes dejaron la alineación después del segundo álbum ('Dumb Poet', de 1987) y de realizar varias giras mundiales en las que ejercieron de teloneros para artistas como Bob Dylan. Los Weatherill bros. continuaron con nuevos acompañantes y en 1990 editaron 'Another Man's World', un disco glorioso plagado de joyas como 'Sad', en el camino de su álbum de estreno 'Hearts of Fortune' (1985). Luego llegarían otros tres trabajos, 'The Toy Shop' (1992), 'Woodhouse' (1995) y 'Kiss and Punch' (1996), su testamento musical. En esa época Kevin se había afincado en la localidad gallega de Guitiriz y era frecuente verle pasear por Vigo y A Coruña.
Apenas unos meses después, en 1997, se consumaría la disolución de la banda. Para aquel entonces, sus miembros ya daban muestras de cansancio, la creatividad había descendido varios grados y su sonido carecía del mismo encaje en una industria que esa década devoraría a numerosos grupos que alcanzaron el éxito en los 80. Kevin inició rápidamente una estimable etapa artística en solitario, donde adoptó el sobrenombre de Dirty Ray, escorando su proyecto musical hacia el blues en la línea de John Lee Hooker.
Curiosamente, Immaculate Fools cosechó más receptividad en España y en países europeos como Alemania que en Reino Unido. Sus canciones cargadas de melancolía, épica y armonías familiarmente celtas no terminaron de calar en una juventud británica que ni les veía como suyos ni como representantes del pop vigente en el país de la lluvia, sino más bien como una luminosa derivada irlandesa o escocesa. También es cierto que la escena británica se cimentaba entonces sobre el dinero, los excesos y el descontrol mientras ellos fabricaban temas para ser escuchados en un ambiente más modesto. Lo cual no significa que también vivieran sus propios infiernos.
Aquel pop cristalino de extrema belleza cautivó a la juventud española, para la que sus melodías eran sinónimo de frescura y libertad. Por no decir que ese sonido celta siempre ha tenido una buena entrada en este país y más en un tiempo donde formaciones como Gwendal habían supuesto una apertura de puertas y ventanas. Tanta fue la comunión del grupo con España que sus miembros vivieron durante un tiempo diseminados por Galicia, Cataluña y Castilla y León. Kevin llegó a apadrinar a un grupo de Zamora, donde tenía una casa y en la que ha vivido largas temporadas hasta reinstalarse en Reino Unido, y conoció las mesas de muchos bares españoles en los que se sentaba a escribir. Confiesa que una de sus influencias siempre ha sido el flamenco, del cual es un gran aficionado, y piensa que su sintonía con la audiencia española reside en la energía de sus actuaciones.
El regreso de Immaculate Fools ha sorprendido a muchos. Quizá porque en su día no trascendió a nivel de público lo suficiente como para concederle el favor del retorno. Sin embargo, basta escuchar su álbum de regreso para percatarse de la cantidad de pequeños diamantes que fabricó en su incomprendida historia. Kevin es el único miembro original que conserva la alineación. No se lleva muy bien con sus antiguos compañeros. Se ha rodeado de gente joven, con la que defiende 'Turn the whole world down', disco editado este mismo año en el que reinterpreta su antiguo repertorio, pero en una clave diferente, tal y cómo él concibió las canciones antes de que las exigencias de la industria las pasaran por el turmix. De nuevo, España es su refugio con numerosas fechas contratadas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El PRC elegirá en primarias al sucesor de Miguel Ángel Revilla el 4 de mayo
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.