Plácido Domingo, asesor de lujo para cantantes en busca de gloria

Cerca del piano, de pie a unos metros del tenor, Julien entona un extracto de 'Fausto' de Charles Gounod, antes de ser interrumpido de golpe. "¡Hace falta emoción! ¡Y más alegría!" le corta, en francés, Plácido Domingo, poniendo su mano en el corazón para evocar la escena en la que el héroe se da cuenta de que está enamorado de Margarita. "Hay que hacerlo más natural", prosigue el tenor, también barítono y director de orquesta.

Julien, que pasó por la Ópera Nacional de París, asiente y retoma el aria "Salut! Demeure chaste et pure". Para el cantante, los consejos del maestro tienen un valor incalculable. "Todo lo que él diga para mi es el Evangelio", reconoce. "Sobre la música, sobre las emociones, es muy interesante", añade.

Juventud y talento

Al concurso Operalia pueden presentarse candidatos de entre 18 y 32 años y cada año recibe un millar de solicitudes. De entre ellas, se selecciona a cuarenta cantantes que se enfrentarán hasta la final. En esta edición, la soprano noruega Lise Davidsen, de 28 años, y el tenor rumano Ion Hotea, de 25 años, se coronaron en sus respectivas categorías.

"Siempre he tenido un interés particular por los jóvenes cantantes prometedores, y siempre he reflexionado mucho sobre las enormes dificultades con las que se encuentran estos artistas cuando comienzan su carrera", explica Plácido Domingo. "Me he dado cuenta de que el talento por sí solo no es suficiente. También es fundamental para los jóvenes cantantes suscitar la atención de los agentes, los mánager, los directores de las pruebas, los directores de orquesta", dice el tenor.

El concurso, cuyo jurado está compuesto por profesionales del sector, ha permitido a antiguos premiados como Erwin Schrott, Nina Stemme, Rolando Villazón o Sonya Yoncheva, conseguir fama y convertirse en un ejemplo que los jóvenes participantes sueñan con seguir.

"Hay que mostrarse, mostrar tu talento y esperar a encontrar a alguien que sepa escuchar lo que tenemos de especial", explica Noluvuyiso Mpofu, una candidata de 24 años de Sudáfrica. La joven comenzó a cantar gospel en la iglesia, luego pasó a un coro y finalmente a la ópera. Este domingo se enfrentó al jurado con el apoyo de su familia y de la oleada de entusiasmo que su candidatura despertó en Sudáfrica. "Hay gente por todo el país que me anima, es increíble", señala. Antes de la final, Noluvuyiso dijo que cantaría "È strano, è strano... Sempre libera", un extracto de 'La Traviata' de Verdi, su "primer amor" musical, que esperó "desde el fondo del corazón compartir con el público".