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Isabel Urrutia
Viernes, 2 de enero 2015, 10:03
La Joven Orquesta de Euskal Herria (EGO) tiene 17 años y goza de una excelente salud. Son pocos años, sí, pero suficientes para demostrar su valía. Se constituyó por iniciativa del Gobierno vasco, un mérito que debemos reconocer al Ejecutivo. Es un colectivo que agrupa ... a músicos residentes en nuestra comunidad autónoma y brinda la oportunidad de ofrecer conciertos en verano e invierno, tras un periodo de trabajo concienzudo con profesores de prestigio internacional. Los virtuosos tienen entre 16 y 26 años y les une la vocación y el entusiasmo, a la espera de pegar el salto al mundo profesional. Se calcula que más del 80% de los chicos y chicas que han pasado por la Joven Orquesta se ganan la vida en alguna actividad relacionada con la música.
En esta oportunidad, los chavales se embarcarán en un tour de invierno con la banda sonora del clásico de la gran pantalla The Kid (El chico) como mascarón de proa. Es una de las películas más conocidas con Charlot como protagonista, un personaje que acaba de cumplir 100 años y bien se merece un homenaje. No es la primera vez que la EGO le hinca el diente a la música de Charles Chaplin -brillante compositor, no hay quien lo discuta-, por lo que muchos recordarán con agrado la interpretación de las partituras de Tiempos modernos, Luces de ciudad y hasta de The Kid, que ya ejecutó la propia orquesta hace 12 años.
Sincronización
Al dominio del estilo del cineasta-músico inglés, hay que sumar la capacidad de sincronización de los jóvenes virtuosos de la Joven Orquesta de Euskal Herria. No solo ejecutarán la música de Chaplin, sino que lo harán al tiempo que se proyecta la película en el propio auditorio. De espaldas a la imágenes, deberán ajustarse a la perfección a cada fotograma, con los ojos puestos en la batuta de Juanjo Ocón, titular de EGO desde hace catorce años. Los muchos ensayos, la intuición y la experiencia de Ocón -trompetista y profesor en la Escuela Municipal de Música y Danza de San Sebastián- jugarán un papel clave en este espectáculo.
Se palpará la tensión, la incertidumbre y la emoción. Muy pocas veces se puede disfrutar de una película muda con la interpretación en directo de su banda sonora. Antaño, el público debía conformarse con un pianista y luego se impuso la música enlatada. Aprovechen la ocasión y no se pierdan el concierto de la EGO.
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