Fallece Henning Mankell, el escritor que popularizó la novela negra nórdica

Mankell padecía un cáncer de pulmón con el que llevaba enfrentándose en los últimos años y sobre el que había escrito una obra autobiográfica, 'Arenas movedizas', publicada este verano. En cierta forma, este escrito, en el que repasa su azarosa vida -llegó a ser marino mercante y actor de teatro, entre otros oficios- es un legado de su pensamiento político de izquierdas pero también de los mecanismos íntimos de su obra literaria. En este texto ya anuncia cuál quería que fuese su epitafio: "He oído cantar al mirlo, luego he vivido".

Como todo clásico de la novela negra, Mankell creó a un personaje que se convirtió en su alter ego. En este caso fue el comisario Kurt Walander, un policía alejado de los cánones de antihéroe glamuroso de la novela negra norteamericana. Wallander era un hombre gris, apagado, que se enfrenta a los casos con una implicación personal que le desgasta a lo largo de los once libros que componen su saga. Posteriormente, la hija de un Wallander otoñal sustituye a su padre como protagonista. Toda esta serie sirvió para retratar la oscuridad del alma sueca, el otro lado de una sociedad que se considera como paradigma del éxito económico pero que Wallander desnuda hasta mostrar sus aristas más oscuras y depresivas.

Mankell, casado con una hija de Ingmar Bergman, vivía entre Suecia y Mozambique, donde se dedicaba a labores filantrópicas.