La fea Easo

Casi todos los directores se han sentido atraídos por el mar y las playas, por la estampa más turística de San Sebastián. Así, en Septiembre, Asier Altuna y Telmo Esnal narran la solitaria pesadilla de un pescador de percebes el día más ajetreado en La Concha, el de las Regatas. «Es una película de contrastes entre la alegría de una fiesta y la soledad y el silencio», certifican. El Cantábrico también es fundamental en 'Resaca', poética odisea de un viejo pescador que desafía al temporal para lo que parece una suicida jornada de pesca. En 'El punto ciego', Iñaki Camacho hace que Bárbara Goenaga se fije en la gente que tenemos a nuestro alrededor gracias a un colgante abandonado en la arena de Ondarreta.

De impecable acabado formal, con géneros que van desde la intriga y la comedia al cine de animación, 'Kalebegiak' tendrá vida más allá de la capitalidad cultural y se estrenará en los cines de la mano de Golem. Quizá la visión más amable y pintoresca de la ciudad la ofrezca Gracia Querejeta en 'Txintxorro', la aventura de unos chavales que experimentan su primer desengaño amoroso al tiempo que su barca casera naufraga. Borja Cobeaga firma el cortometraje más chistoso, que arranca como una cinta de acción con una ambulancia de la DYA para concluir recordándonos por qué Donosti es la ciudad de las estrellas Michelin: «Los cocineros aquí son los dioses: en el Festival de Cine lo más importante es que el actor de turno diga que ha comido como nunca en su vida».

'Casa del frío'

Los dos realizadores veteranos más reivindicativos son Imanol Uribe y Daniel Calparsoro. El director de 'La fuga de Segovia' es el único que se desplaza al extrarradio de San Sebastián, en concreto a la 'Casa del Frío', un albergue para que el centenar de sin techo que malviven en la ciudad pasen la noche, situado estratégicamente junto al tanatorio local. Es el único sketch documental en el que los protagonistas se interpretan a sí mismos: el responsable del albergue y los inquilinos, que ni siquiera disponen de una nevera o de taquillas para dejar sus pertenencias. «Yo propuse rodar una historia casi porno que transcurría durante el Festival de Cine, pero no convencí», recordó Uribe.

Daniel Calparsoro es el único en recordar que tras la belleza de San Sebastián hay cientos de historias de dolor y pérdida por culpa del terrorismo de ETA. El director de 'Cien años de perdón' filma a Bárbara Dürhkop, viuda de Enrique Casas, mientras comparte sus vivencias con los alumnos de un instituto. Les cuenta cómo encontró a su marido muerto días antes de las elecciones. «En un minuto se truncó nuestro proyecto de vida». Les recuerda el miedo que se respiraba en las calles y cómo no encontró consuelo porque muchos cambiaban de acera cuando la veían. «El algo habrá hecho. Ese algo era luchar por sus ideas». Dührkop solo quiere «pasar la antorcha» a los jóvenes, «que seáis la memoria de esta época». Y recuerda que un día su hijo de seis años le preguntó por qué no se hacía lo que quería ETA, porque así no moriría más gente.

Kalebegiak también depara la sorpresa de encontrarse con el mejor Julio Medem en muchos años. «No rodaba aquí desde 'La ardilla roja', cuando me llamaron sentí que debía estar», se emocionó el realizador. 'La ballena real' bebe de la magia y el sentido del humor absurdo que desprendía 'Vacas', que también fabulaba con la Historia. Sus protagonistas son la reina María Cristina y un Cristóbal Balenciaga niño, que bien pudieron un día salir en barca y toparse con una ballena. Si el filme biográfico que prepara Medem sobre el modisto de Getaria atrapa la chispa de su corto será un peliculón