«Yo he tenido que demostrar el doble que otros»

¿Suele pensar en Indianápolis?

Por desgracia, lo tengo presente todos los días porque sufro muchas secuelas. Dolores en el pie, médicos, fisio, infiltraciones... Hace unos meses me he operado y tendré que volver a hacerlo.

Llegó a estar clínicamente muerto.

Tuve una parada cardiorrespiratoria durante un minuto. Eso te hace pensar muchas cosas. Después volví a correr y llegué a hacer séptimo en una carrera del Campeonato del Mundo. Pero Indianápolis marcó un antes y un después, ya nada volvió a ser lo mismo. No sé si era miedo, respeto o que había pasado mi momento.

Ya no se sentía igual sobre la moto.

Físicamente no estaba igual. Y cada vez los jóvenes venían apretando más. Vi claro que era el momento de hacer un cambio en mi vida. Además, al poco tiempo me enteré de que iba a ser padre (tiene un hijo de cinco años, Lucas, con la modelo Alba Carrillo). Durante un año viví muchas sensaciones.

De no ser por aquel accidente, ¿hoy seguiría compitiendo?

El motociclismo es un deporte en el que dependes mucho de las lesiones. No eres como un atleta, que el que más corre es el que gana. Dependes de la moto, del equipo...

¿Qué echa de menos del motociclismo?

Más que montarme en la moto añoro el ambiente, los viajes, el trabajo con los mecánicos... Es como un circo en el que cada fin de semana estás con tu familia en un país distinto.

¿Monta en moto en su vida cotidiana?

No. Desde que me bajé no me he vuelto a subir a una. No tengo ni carné de moto. Yo empecé de niño y a mí lo que me gustaba era competir al más alto nivel. Volar a 350 kilómetros por hora. Aunque quizás no me monto para evitar la nostalgia de aquellos tiempos. Fue una época de mi vida que ya pasó.

Ha sabido reinventarse.

No ha sido de la noche a la mañana, llevo trabajando en esto desde los 14 años. Mi suerte ha sido haberme criado en Ibiza, el templo de la música electrónica. Llevo desde pequeño escuchando y viendo a los mejores, y eso me ha hecho más fácil saber lo que quería.

¿Le molesta esa imagen de Ibiza como meca del desfase?

Bastante. Yo no conozco ningún sitio en Europa que tenga esas playas, esos restaurantes, ese clima. Allí están los DJ más grandes en verano y, de acuerdo, la mejor fiesta. No se habla de la Ibiza del centro y del norte, que es espectacular.

¿Sueña con retirarse en la isla?

Sí. Uno de mis planes de futuro es abrir un hotelito rural.

¿Por qué va la gente a ver a un DJ en concreto?

Ya no es como antes, cuando ibas a una discoteca y daba igual el DJ que hubiera. Ahora colaboran con los mejores artistas, son auténticas estrellas del pop. Yo también organizo eventos y produzco, siempre he sido un culo inquieto. Tengo a punto un nuevo proyecto que une el mundo del motor y la música y está a punto de salir un disco, Ten (Diez), el número que llevaba en la moto.

«Odio la palabra famoso»

Habrá gente que vaya a verle por ser quien es. Como a Kiko Rivera, que también pincha.

Sí. A mí ser quien soy por una parte me ha ayudado y por otra me ha perjudicado. Yo tengo que demostrar el doble que otros para que me tomen en serio, porque vengo de otro mundo. España es así. Haber conseguido en las motos lo que conseguí me ha abierto puertas, pero no las mejores, como ser telonero de Shakira y Lenny Kravitz. O pinchar en un opening de Space en Ibiza y de Pachá. En eso mi nombre ha perjudicado.

Puede ser telonero de Shakira ante miles de personas y al día siguiente actuar en una fiesta privada en un barco.

Sí. He estado en Miami, República Dominicana, Dubái... Me han contratado para pinchar en un barco que iba de Barcelona a Ibiza durante toda la noche y en la boda increíble de un árabe en Mallorca. Nunca sabes lo que te vas a encontrar.

¿El mejor consejo que le dio su tío Ángel Nieto?

Ha sido casi como un padre y mis primos, mis hermanos. Me inculcó los mejores valores del deporte, que son los que me gustaría transmitir a mi hijo. El afán de superación, no tirar nunca la toalla; cuando te caes hay que levantarse con más ganas. Y sobre todo, la entrega al cien por cien hagas lo que hagas.

¿Cómo lleva la exposición de su hijo en los medios y las redes sociales?

Es el ojo derecho de la familia. Estoy acostumbrado a lidiar desde pequeño con la exposición pública, empecé a ganar carreras con veinte años. En este país el deporte es muy importante. Y después por circunstancias de la vida he tenido novias que han sido conocidas. Entras en una espiral que no eliges. Te encuentras ahí y tienes que llevarlo lo mejor que puedas. Tiene sus cosas buenas y sus cosas malas.

Es famoso.

Odio esa palabra. En mi familia si alguien ha sido conocido es por lo que ha logrado. Últimamente en este país se es famoso por no haber hecho nada. Es lo que demanda la gente.

Parece llevar una vida envidiable.

Siempre lo digo: estuve en una camilla durante un minuto muerto defendiendo los colores de mi país. Si tengo algún día una buena vida me la habré ganado con creces. También hay mucho trabajo. El verano pasado dormí seis noches en mi cama. No es oro todo lo que reluce.

Prepara su inminente boda.

Me caso en abril con mucha ilusión, aunque los preparativos llevan un trabajo que no veas. Muy feliz de hacerlo en Ibiza.