Un Modigliani 'revienta' el mercado del arte: 158 millones

Las cifras de venta de Desnudo acostado anima hasta al más ajeno al mundo del arte a bucear en la biografía de un artista maldito que se habría reído de este chiste malo que parece lo que sucedió con él. Falleció en París un día frío de enero de 1920, de meningitis tuberculosa. Aferrado a la mano de su compañera, Jeanne Hébuterne, que se tiró por la ventana al día siguiente, embarazada de casi nueve meses. Se conocieron en 1917, cuando ella era prácticamente una niña (tenía 18 años). Venía de familia acomodada, un desahogo económico que él jamás conoció y del que ella tampoco volvería a gozar desde que decidió unir su destino a aquel artista bohemio que vivió deprisa en un bucle de alcohol y mujeres. Tuvieron una niña en 1919, cuando él llevaba tres años ya pintando los cuadros de la serie de mujeres desnudas. Los pintó para vendérselos a los millonarios que llegaban a la Costa Azul en verano pero tuvieron un éxito discreto que ahora ha estallado con esta adjudicación de récord.

Desnudo acostado lo pintó entre 1917 y 1918, a petición de su agente y amigo Leopold Zborowski, que le dejó su apartamento y le suministró las pinturas y las modelos (esta es desconocida). No solo eso, le pagó entre 15 y 20 francos por cada día de trabajo. El pintor quiso después rentabilizar su trabajo y trató de vender por 100 libras esterlinas de entonces (unos 4.500 euros de hoy) todo lo que guardaba en su estudio. Nadie quiso comprarlo y Modigliani falleció al año siguiente dejando un legado del que jamás llegó a imaginar su valor.

En todo caso la venta de 'Desnudo acostado' parece un espejismo, un oasis, y confirma solo puntualmente la bonanza del mercado del arte. Bonanza a golpes porque la mitad de las piezas sacadas a subasta ayer no hallaron comprador o se vendieron a un precio inferior al previsto.