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José Domínguez
Miércoles, 4 de julio 2018, 00:51
La delegación de Cruz Roja en Bizkaia ha abierto un albergue con 40 plazas para intentar dar respuesta a la avalancha de migrantes en tránsito hacia Europa que este verano soporta Bizkaia y especialmente Bilbao. Lo ha hecho en la propia ... capital gracias a los contactos mantenidos con la Diputación y el Ayuntamiento, pero en una ubicación que prefiere no hacer pública para evitar conflictos con los residentes. El objetivo, según fuentes de la organización humanitaria, es que estas personas permanezcan apenas unos días en el nuevo servicio para garantizarles sus necesidades más básicas. Permanecerá operativo de forma temporal, inicialmente sólo en verano, pero en cualquier caso hasta que la situación se normalice y descienda la llegada a costas españolas de cayucos procedentes de África que cruzan el Estrecho.
Gran parte de estas personas, mayoritariamente jóvenes, entran en la provincia a bordo de autocares que les dejan en Termibus. Muchos reconocen llegar desorientados y sin medios para proseguir su viaje, cuyo destino final suele ser Francia. Además de una cama, Cruz Roja les presta ayuda humanitaria -desde ropa a comida-, atención sanitaria o asesoramiento, sobre todo de carácter jurídico. El objetivo es ofrecerles información sobre su situación legal y los derechos que les asisten.
«Está llegando mucha gente y había que buscar una alternativa», reconocen desde la organización sin ánimo de lucro. Vienen de países como Camerún, Senegal o Guinea-Conakry y su número está resultando tan sorprendente que incluso la Ertzaintza ha empezado a controlar su paso por Termibus. Aunque no tiene competencia en materia de extranjería -corresponde al Cuerpo Nacional de Policía-, su objetivo es garantizar la protección ciudadana en la estación de autobuses y velar sobre todo por la presencia de mujeres o menores de edad.
Lo cierto es que el goteo es incesante y este periódico tiene constancia de al menos un centenar de migrantes en tránsito en 10 días. Que no vienen para quedarse lo revela que ninguno pide protección internacional y la mayoría viste de forma similar: chandal, pulseras y mochilas que en principio les habría entregado Cruz Roja de Andalucía.
Un nuevo autocar llegó el pasado viernes a la estación de San Sebastián, procedente del sur de la península, con 30 migrantes a bordo. Una veintena de ellos fueron atendidos por personal de Cruz Roja y trasladados a sus propias instalaciones para darles comida e informarles de los recursos y derechos que les asisten. A pesar de que se les ofreció la posibilidad de solicitar protección o asilo a través de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), ninguno lo hizo. Esta vez, sin embargo, fuentes de la organización humanitaria reconocieron haber sido advertidos de la llegada de estas personas por parte de sus compañeros de Andalucía, no como ocurrió el pasado 18 de junio. Sin conocimiento de ninguna autoridad u organización, desembarcaron de un autobús 46 jóvenes que no paraban de preguntar dónde estaban, si había alguien de Cruz Roja por allí y si Francia quedaba muy lejos.
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