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Protagonizó una ambiciosa y vertiginosa expansión, nunca conocida hasta entonces en Bilbao. Sin embargo, la crisis y una errática gestión empresarial se han llevado por delante al grupo hostelero Gozatu. La cadena de bares y restaurantes cerró hace varias semanas el último de sus ... baluartes: un céntrico establecimiento situado en el chaflán de Jardines de Albia y Colón de Larreátegui. Era el único local que había logrado capear el temporal.
Gozatu, liderado por los empresarios Xabier Galán, Gorka Etxebarria e Iratxe Aguirre, optó por dispersar el negocio por todas las zonas de la ciudad. Llevó su oferta desde el corazón de Indautxu, en García Rivero, al Casco Viejo pasando por El Ensanche. Formuló una receta que combinó locales de muy diferente estilo, desde los gastrobares de diseño, tan en boga en Bilbao, con otros inspirados en las viejas panaderías a las que dio una pátina de modernidad. Avanzó también en la implantación de espacios vanguardistas como el CheeseKito de la calle Diputación, provisto de una carta repleta de productos gourmet -quesos nacionales, chacinas, embutidos de bellota, patés y ahumados- que combinaba con panes recién horneados, confituras y frutos secos. Ninguna estrategia ha servido finalmente para salvar los muebles de este gigante con pies de barro.
La compañía tocó el cielo en el verano de 2013 con la reapertura del legendario Boulevard de El Arenal, que funcionó con el nombre de El Mercante. El lavado de cara del histórico edificio exigió un fortísimo desembolso. La ilusionante etapa se esfumó igualmente en un tiempo récord, ya que bajó la persiana antes de que concluyera la Aste Nagusia de 2018. La gerencia no esperó siquiera a la quema de Marijaia, con la ciudad atestada de turistas. Gozatu puso el punto y final a un emblema fundado en 1871 y que sigue cerrado a la espera de un nuevo gestor.
Para entonces, el grupo hostelero atravesaba serías dificultades económicas que se dispararon definitivamente la pasada primavera con la venta del gastrobar de la Plaza Nueva La Olla, uno de los referentes gastronómicos más potentes de la capital vizcaína.
Distintos empresarios consultados ayer por este periódico relataron que la desaparición de Gozatu demuestra «las dificultades y sacrificio» que suponen el mantenimiento de los establecimientos de hostelería. «Aunque hay mucho turismo, vivimos del cliente local y este exige muy buen servicio», remataron.
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