Ainhoa de las Heras y Terry Basterra
Martes, 14 de mayo 2024, 15:14
Los padres del bebé secuestrado en Basurto no consideran que el perdón que les ha pedido la acusada esta mañana durante la celebración del juicio es sincero. «No nos creemos mucho sus palabras de arrepentimiento», ha trasladado Pedro, el padre, a la salida de los ... juzgados. La secuestradora, tanto al inicio de su declaración en la Audiencia Provincial, como durante el turno de última palabra, ha pedido «perdón» a los progenitores de Aimar. «No estaba en mis cabales. Lo siento mucho», ha repetido.
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Tanto Pedro como Laura, la madre del pequeño, han recordado este martes ante la magistrada aquella traumática noche del 19 de octubre de 2022, cuando la acusada, vestida de sanitaria, raptó a su bebé recién nacido. «Ella entró varias veces a la habitación. Me dijo que tenía dos hijos y que sus partos habían sido malísimos. Otra de las veces entró para traer la cena. Al de un rato volvió y me dijo que le diera a mi hijo porque le tenía que hacer unas pruebas. Se lo di y ya no le volví a ver».
Para Laura no ha sido fácil revivir una noche que la ha marcado a nivel psicológico. Estaba muy nerviosa tanto antes como durante su declaración. No paraba de mover el pie derecho. En un momento ha tenido que interrumpir el relato superada por aquellos dolorosos recuerdos. «Desde entonces no duermo. No he podido salir sola a la calle ni seguir con mi vida», confesaba ante la magistrada. Año y medio después del secuestro sigue en tratamiento psiquiátrico para intentar superar el trauma que le tocó vivir a esta joven familia.
Pedro también relató cómo fue aquella noche. Él se había marchado a la tarde a Durango para estar con la otra hija de esta pareja, mientras la madre de Laura se quedaba con ella en Basurto, pero se tuvo que marchar antes de que el padre estuviese de regreso. Momento en el que Laura se quedó sola en la habitación y la secuestradora aprovechó para engañarla y llevarse al niño. «Antes de salir para Bilbao me llamó Laura y me dijo que llevase el cuco porque le iban a hacer unas pruebas al bebé para darle el alta. Me pareció raro porque a la noche no se suelen dar altas, pero no le di más vueltas y fui para el hospital a pasar la noche», repasaba.
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Cuando llegó a Basurto eran cerca de las 21.30 horas. «Al ver que el bebé no volvía a la habitación me puse nervioso, salí al pasillo y pregunté a una enfermera. Me miró raro y me dijo que la acompañase. Fuimos primero a Información, llamaron desde allí a Neonatos y al ver que no estaba en ningún lado me dijeron que había que llamar a la Ertzaintza», relataba.
Pedro ha asegurado ante la magistrada que aquella experiencia les ha dejado traumatizados. A día de hoy les sigue pasando factura. «Lo que hemos tenido que pasar es un horror. Yo he estado un año en tratamiento psicológico y psiquiátrico. Laura aún sigue con él. Año y medio después aún no consiguió dormir bien después de lo que pasó», ha contado.
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Esta familia confía en que la celebración del juicio sirva, de alguna manera, para cerrar un capítulo y que les ayude a dejar atrás aquella dura vivencia para retomar poco a poco su vida. A la salida de la sede judicial Pedro aseguraba que ambos estaban un poco menos nerviosos una vez pasado este trance. Lo único bueno, contaba, es que el pequeño Aimar no se enteró de nada. «Ya se lo contaremos, pero cuando crezca y sea más mayor».
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