Los precios de la cesta de la compra están disparados. Cuadrar los gastos familiares cada vez es más difícil. Y lo mismo para las empresas. Primero la pandemia, luego la guerra. Una crisis económica que se palpa en cada hogar, en cada negocio... y en todos los ayuntamientos vizcaínos. De cómo tratan de sortear las dificultades económicas, de qué efectos tiene la crisis, y de muchos otros temas conversaron ayer los alcaldes de la Zona Minera en el Foro Impulsa organizado por EL CORREO. Un encuentro, moderado por el jefe de la Edición Impresa, Antonio Santos, en el que los cuatro regidores expusieron las actividades e iniciativas que se desarrollan en sus respectivos municipios. La cita, en la Ekoetxea de Gallarta frente a la mina Concha II, reunió como anfitriona a Maite Etxebarria, alcaldesa de Abanto y a sus homólogos Xabier Cuéllar (Trapagaran), Saulo Nebreda (Ortuella) y Ainara Leiba (Muskiz).
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Laura González
Los cuatro reconocieron que han tenido que lidiar con los vaivenes de la economía en gran parte de la legislatura. «Los índices de la vida y los costes están subiendo tanto que a las familias se les están planteando problemas de subsistencia», reconoció Cuéllar, preocupado por los problemas que observa entre los vecinos. Sus compañeros de charla asentían. «Esto hace que la recuperación urbanística de nuestros pueblos sea cada vez más difícil. Nosotros tenemos un proyecto con Diputación para levantar 400 pisos y tratar de que los jóvenes puedan seguir viviendo en Trapagaran, pero está costando sacarlo adelante. Hasta tapar un parque es un gran problema», añadía el regidor, que está a punto de concluir su cuarto mandato y no se presentará a la reelección.
A su lado Ainara Leiba reconocía que en Muskiz muchas licitaciones se han quedado desiertas. Saulo Nebreda concretaba más y resaltaba que en Ortuella los proyectos se habían encarecido «un 30%» a causa de la subida de los materiales. «Además, se nos ha incrementado un 85% el coste energético, y eso que hemos tomado medidas, reduciendo el consumo un 40%», añadía.
«El parque tecnológico será una oportunidad de oro para la comarca y el territorio, para crear empleo de calidad para nuestros vecinos» / «Todos tenemos un reto demográfico y hemos implementado medidas para que los jóvenes quieran seguir su proyecto de vida aquí»
«Hasta el momento estamos muy limitados presupuestariamente por la falta de desarrollo industrial de impacto que genere recursos» / «La lucha de nuestros antepasados arraiga en nuestros vecinos y tenemos que seguir trabajando para avanzar día a día»
«En los últimos meses muchas licitaciones se nos han quedado desiertas porque los presupuestos iniciales no cubrían los materiales» / «Estamos a favor de las energías renovables pero el parque eólico Arcentales-Sopuerta no lo vemos. El monte Mello quedaría devastado»
«La recuperación urbanística de nuestros pueblos es cada más vez más difícil por los altos costes de la vida, que plantean problemas» / «En la Zona Minera estamos superando la asignatura pendiente del empleo y nuestra evolución está llegando»
Ante este escenario, toda ayuda es bien recibida y los fondos Next Generation, que impulsa la Unión Europea, aparecían como una buena fórmula para sortear esos problemas de financiación. Sin embargo, los alcaldes admiten que la llegada de esas subvenciones no está siendo como esperaban. «Cuando se empezó a hablar de ello parecía que el dinero llegaba a paladas, pero no es así. Está dirigido más a municipios con más habitantes que los nuestros, aunque todavía quedan convocatorias por salir y se pueden conseguir cosas», afirmaba Nebreda.
Pese a todos estos grandes inconvenientes, en la Zona Minera se aferran al futuro más cercano con un gran optimismo. Como el que muestra Maite Etxebarria al referirse al parque tecnológico de Abanto, un proyecto que ella misma ya ha calificado en alguna ocasión como «de país y de comarca», y que albergará un polo de la energía a nivel internacional. «El edificio sede ya se ha ocupado. Es una joya que es evidente, y se han iniciado las obras del segundo edificio. Es una oportunidad de oro para todo el territorio, para la creación de empleo de calidad para nuestros jóvenes, para ser tractores de nuevas empresas y para que todo eso redunde en el beneficio de nuestros vecinos».
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Lo que también conllevará una importante inyección a las arcas municipales de Ortuella, y contribuirá a relanzar la Zona Minera, será el futuro traslado de Mercabilbao, que se estima que será efectivo entre 2027 y 2028. «Formará parte del parque tecnológico de alimentación. Es una gran oportunidad para la comarca», apuntó Saulo Nebreda, señalando que cuando todo esté «a pleno rendimiento», en este campus alimentario vizcaíno se logrará generar «en torno a 2.000 puestos de trabajo».
Este desarrollo industrial es una de las principales bazas a las que se aferran los municipios de este entorno, como un salvavidas, como puerta de entrada a nuevos recursos que permitan mejorar los servicios actuales, para a la vez desarrollar e impulsar toda la comarca, pero también para potenciar el territorio. El polígono Ibarzaharra, que comparten Sestao y Trapagaran, según desveló el alcalde de este último municipio, Xabier Cuéllar, está a punto ya de llenar sus parcelas. «Estamos retomando un contrato con una empresa internacional gráfica y hay un proyecto industrial interesado por unos antiguos terrenos de 'La Balco', donde estaban los comedores, un edificio protegido. Poco a poco en la Zona Minera vamos superando la asignatura pendiente y nuestra evolución está ahí, y va llegando».
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