IRATXE ASTUI
Jueves, 12 de enero 2023, 17:34
Los vecinos de Muxika están «hartos» de poner en riesgo sus vidas cada vez que tienen que caminar por la carretera BI-635 para poder llegar a la estación de tren de Zugastieta o acercarse hasta cualquiera de las diferentes paradas del Bizkaibus marcadas en ... la vía.
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«No hay derecho de que tengamos que andar siempre con todos los sentidos en alerta por miedo a que nos atropelle un coche», protestan varios residentes en el entorno del barrio Oka del municipio vizcaíno. El arcén del vial en esa zona de la localidad «es inexistente», asegura, por su parte, el muxikarra Joserra Larruzea. En algunos puntos, insisten los afectados, resulta «imposible» desplazarse a pie por el principal eje entre Amorebieta y Gernika sin invadir la calzada rodada, por donde a diario transitan miles de turismos y camiones. «Mira, apenas entra un zapato», demuestra 'in situ' este voluntario de la Asociación Stop Violencia Vial, que desarrolla su labor en apoyo a las víctimas de los atropellos a peatones.
El arcén está delimitado con una línea blanca, «pero han colocado un guardarraíl pegado al murete que se ha comido todo el espacio de paso», protesta Larruzea. Los puntos más peligrosos para el tránsito de los viandantes afectan de manera especial a los muxikarras que residen en los barrios de Oka, Gorozika e Ibarruri. Los casi 600 vecinos de esos enclaves rurales mantienen que cada vez que tienen que andar por la carretera para poder coger el transporte público «nos jugamos la vida». Por ello han iniciado una campaña de recogida de firmas que, por el momento, cuenta ya con un centenar de apoyos. «Solicitamos que tomen las medidas oportunas para mejorar el trazado de la carretera y que podamos circular por el arcén con la máxima seguridad», reza la petición. «Al no disponer de coche, hay muchos vecinos mayores a los que no les queda otro remedio que andar por la orilla de la calzada para ir a coger el tren o el autobús cada vez que tienen que ir a Bilbao o Gernika», explican.
El mismo problema afecta también a los escolares que, inevitablemente, tienen que echarse a la carretera «para coger el autobús a la escuela, y de vuelta a sus casas, con el peligro de accidentes que ello conlleva», critican.
Por la carretera que también conecta Busturialdea con los túneles de Autzagane transitan a diario «unos 20.000 vehículos, de los que un 5% son transportes pesados», detalla, por su parte, la alcaldesa de Muxika, Begoña Enbeita. La primera edil reconoce también la necesidad «urgente» de habilitar un bidegorri o camino alternativo al margen de la carretera, así como suavizar las curvas existentes a la altura del barrio de Oka. «Esperamos que la Diputación ponga en marcha las soluciones que ya están aprobadas para terminar cuanto antes con estos problemas de inseguridad», insisten desde la Administración local.
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Muxika sufre otros problemas «serios» relacionados con la movilidad urbana ya que el municipio queda dividido en dos por la BI-635. Esta situación obliga a algunos vecinos a esperar, «a veces hasta más de un cuarto de hora», antes de encontrar el momento oportuno para cruzar la vía y acceder al punto limpio de los contenedores de reciclaje o los buzones de Correos. «Tenemos que arriesgar la vida para cruzar la calzada», denuncian los vecinos. «Parece que están esperando a que muera alguien», avisa Larruzea.
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