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Mirari Artime
Martes, 12 de noviembre 2024, 15:31
La organización de productores de altura de Ondarroa (OPPAO) ha denunciado la larga demora en el cobro de las ayudas compensatorias por dejar de pescar en el Golfo de Bizkaia durante el pasado invierno por la veda para proteger a los delfines. «A día de hoy, no hemos percibido nada», critican. «Las empresas afectadas han perdido un mes de ingresos y 35 trabajadores no han cobrado la nómina de cuatro semanas», añaden.
Con el beneplácito de Bruselas, Francia decretó entre el 22 de enero y 20 de febrero de este año la prohibición de faenar en sus aguas a parejas de arrastreros de fondo, cerqueros y volanteros, así como a los que trabajan con rasco y artes menores de enredo y volanta para reducir la mortalidad de esos mamíferos marinos.
De los 41 barcos españoles afectados, parte se desplazaron a otros caladeros. Finalmente amarraron más de una veintena incluida una de las dos parejas de embarcaciones ondarresas que calcularon que dejaron de ingresar 500.000 euros.
Para compensarlos, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación destinó 1,2 millones de euros y a primeros de este mes acaba de convocar las ayudas públicas a fondo perdido que tomarán como base el 46,85 % de los ingresos medios diarios por barco en ese período, durante los tres años anteriores. Deberán haber amarrado al menos veinte días seguidos.
La veda se repetirá en 2025, del 22 de enero al 20 de febrero. «Un año más nos tocará sufrir ante la imposibilidad de pescar y ejercer nuestro trabajo durante cuatro semanas», lamentan. Además de la imposibilidad de salir a pescar, los 300 buques europeos afectados, entre los que se encuentran las dos parejas de altura de Ondarroa, 'Kaxu' y 'Kaxarra', así como 'Aketxe' y 'Gaztelugatxe', están obligados a utilizar dispositivos acústicos de disuasión y un programa de seguimiento de los pequeños cetáceos durante todo el año, mediante observadores y cámaras a bordo.
Los barcos del puerto vizcaíno llevan redes de arrastre, que se lanzan al fondo con la embarcación en movimiento que se despliegan al llegar al suelo marino pescando merluza, rape y gallo, esencialmente. «Están equipadas con pingers –un sistema que emite unos ultrasonidos que ahuyentan a los delfines– y que utilizan desde hace seis años por lo que no tenemos ningún incidente con esta especie», recalcan.
«Por eso pedimos que se nos eximiera de la veda, pero las ONG medioambientales lo denunciaron argumentando que no se podía 'exonerar' porque si no era como si no hubiera veda», detallan. «Por lo tanto, aunque lleves pingers u observadores científicos a bordo para comprobar, da lo mismo», protestan.
Un estudio experimental llevado a cabo por expertos de Azti en barcos de arrastre ondarreses constató que los dispositivos acústicos, ahuyentan a los delfines con una efectividad ligeramente superior al 90%. En el caso de los estudios realizados en la flota francesa, que es pelágica, se sitúa en un 70%.
Los arrantzales se muestran muy críticos. «Hay un montón de organizaciones muy poco trasparentes que abanderan distintas campañas contra la actividad pesquera que, en resumen, confluyen en una idea: hay que pescar cada vez menos, o mejor, no hay que pescar», recalcan.
«Y se olvidan del enorme esfuerzo para trabajar con prácticas sostenibles, adaptarnos a los stocks en la mar y operar bajo estrictos sistemas de control». Incluso denuncian que durante la pasada veda «se han dado casos de grupos ecologistas increpando a pesqueros que podían desarrollar su actividad sin ningún tipo de prohibición», critican.
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