«Para los pueblos pequeños, tener médico es cuestión de vida o muerte»

«Un facultativo joven atenderá los martes y viernes en Mendexa, mientras que los lunes, miércoles y jueves acudirá a Amoroto», han explicado desde la agrupación de afectados de Mendexa donde participan Jone Laka, Alaitz Uskola y Jasone Jiménez.

El horario será de ocho de la mañana a tres de la tarde, similar al que contaban antes de que se viesen obligados a desplazarse hasta el ambulatorio de Lekeitio para ser atendidos por un médico de familia.

«Hay caseríos que están a ocho kilómetros del centro de salud lekeitiarra, demasiada distancia sobre todo para personas mayores que se negaban a ir pese a poner en riesgo su estado de salud», añadieron. A su juicio, el acceso al médico «debe ser en igualdad para todos y la atención primaria tiene que estar lo más cercana al ciudadano porque si falta se condena la vida del pueblo, sobre todo el de los más rurales como son los nuestros», manifiestan.

Para los pacientes de estos pequeños enclaves, que en total rozan el millar de habitantes, una de las claves para recuperar el servicio ha sido el de no cesar las protestas porque a su juicio «no encajamos en las prioridades que Osakidetza fija en base a datos cuantitativos», indican desde Amoroto.

«Nos han hecho sentir que somos ciudadanos de segunda cuando lo que pedimos es el cumplimiento de un derecho básico como es la sanidad de proximidad», afirman las mismas fuentes.

En la misma línea, se expresaron los alcaldes de las localidades implicadas. «Es un servicio básico al que deberían acceder todos y cada uno de los municipios, independientemente de sus tamaño», ha señalado Pedro Zenigaonaindia, el primer edil de Mendexa. «Entre ir y venir necesitamos dos horas y media para acceder a prestaciones que otros tienen al alcance de las manos y nosotros también somos de Bizkaia», recalca.

«Los que disponemos de coche no tenemos problemas, pero hay mucha gente, también jóvenes, pero sobre todo mayores que viven en caseríos que necesitan ser atendidos en el pueblo», sostiene.

Para el regidor de Amoroto, Ibon Gabiola, los vecinos, en especial, los más vulnerables lo han pasado muy mal. «Han sido dos años muy duros, porque en nuestros entornos la figura del médico es vital, es más que un especialista, es un referente», matiza el alcalde, quien destaca sobre todo la importancia de las movilizaciones vecinales. «Si no, el resultado hubiera sido otro», concluye.