La prohibición de pescar para proteger los delfines en el Golfo de Bizkaia supera el trámite de la Eurocámara

La prohibición a la pesca que quiere aplicar la Comisión Europea a los grandes buques en el Golfo de Bizkaia para proteger a los delfines de capturas accidentales durante su época de apareamiento sigue adelante tras superar ayer su trámite en el Parlamento Europeo. En concreto, una mayoría de 511 eurodiputados ha rechazado la objeción a la nueva normativa que presentó el Ejecutivo comunitario, frente a 123 votos que han apoyado la alegación y 42 abstenciones.

La Comisión ya adoptó el pasado 30 de septiembre un acto delegado para prohibir la pesca en ese caladero a los buques de más de ocho metros de eslora del 22 de enero al 20 de febrero de 2025. El objetivo de esta norma es evitar las capturas accidentales de delfines y otros pequeños cetáceos durante su época de apareamiento, propuesta a raíz de una recomendación conjunta de Bélgica, España, Francia y Portugal.

La Comisión avisó de que la prohibición entraría en vigor a menos que el Parlamento Europeo o el Consejo se opusiesen, un rechazo que ha quedado descartado al tumbar la Eurocámara la objeción a última hora de ayer.

Los cerca de 300 buques afectados, entre los que se incluyen cuatro unidades de la flota de altura de Ondarroa, tendrán que permanecer en puerto para evitar capturas accidentales de pequeños cetáceos durante este periodo identificado por los científicos como de alto riesgo para la especie.

Además de la veda de un mes, estas medidas incluyen el uso obligatorio de dispositivos acústicos de disuasión y un programa de seguimiento de los pequeños cetáceos durante todo el año, mediante observadores y cámaras a bordo.

De esta manera, se persigue resolver el problema recurrente de los varamientos invernales de delfines y pequeños cetáceos en las costas del Golfo de Bizkaia, una situación que la Comisión seguirá vigilando de cerca en 2025, cuando evaluará si resultan necesarias medidas adicionales.

El Ejecutivo comunitario toma ejemplo de la prohibición de pesca que ya instauraron las autoridades francesas entre el 20 de enero y el 22 de febrero de 2024, lo que afectó a la flota que faena y captura especies como la merluza, el rape o el gallo.

Bruselas apuntó entonces que este tipo de medidas de urgencia como la adoptada por las autoridades francesas son prerrogativa de los Estados miembro y se congratuló de que el país galo recurriese a los instrumentos que ofrece la Política Pesquera Común (PPC) para proteger eficazmente estas especies.

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