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La jornada de ayer sirvió para que las ganaderías participantes exhibieran a sus mejores ejemplares. maika salguero
Los precios por la sequía y la guerra de Ucrania acorralan a los ganaderos vascos

Los precios por la sequía y la guerra de Ucrania acorralan a los ganaderos vascos

El XXXV certamen de vacuno pirenaico del Primer Lunes de Gernika constata la «excelente» calidad de la raza autóctona

Iratxe Astui

Gernika

Martes, 4 de octubre 2022, 01:31

La cabaña pirenaica de Euskadi no atraviesa su mejor momento, al menos en lo que a su cartera de gastos se refiere. La sequía de los últimos años ha obligado a los ganaderos vascos a recurrir a la despensa de forraje reservada para el próximo invierno; una decisión que a su vez provocará la subida de gastos al tener que comprar pasto para poder alimentar a sus animales en los meses fríos.

«Lo normal es que hagamos entre dos y tres cortes de hierba al año, pero éste solo hemos tenido la posibilidad de realizar uno, por lo que, a día de hoy, estamos tirando del almacén de reservas para alimentar a las vacas», señalaba ayer el ganadero navarro José Antonio Indart. Su explotación, Hermanos Indart, de Legasa, es una de las históricas en la cita de la Feria del Primer Lunes de Octubre de Gernika, que ayer reunió a 114 cabezas de ganado de raza pirenaica.

Por si fuera poco, la guerra de Ucrania, el granero de Europa, ha provocado que se disparen los precios del cereal, indispensable para la fabricación del pienso. «A las fechas que estamos se ha duplicado con respecto al año pasado», coincidían el resto de ganaderos de las 19 de explotaciones participantes en el certamen, en su mayoría procedentes de Bizkaia (7), aunque también de Gipuzkoa (6) y Navarra (6).

A la lista de los factores que han disparado los gastos del sector primario se suman, además, la necesidad de comprar abonos, semillas, fertilizantes… «¡Y el incremento del precio de la luz y la gasolina para el transporte!», se quejaban también los ganaderos de pirenaica, que en Euskadi gestionan alrededor de 5.000 cabezas. El «brutal» coste que supone mantener las explotaciones ha llevado a algunos de sus responsables al punto de plantearse sacrificar a sus animales. «Algunos han optado por quitar cabezas, por lo menos para poder pasar este invierno y hasta que las condiciones sean favorables», explicó Juan Luis Iraola.

El presidente de la asociación encargada de promocionar la pureza y selección de esta raza autóctona, por otro lado, aprovechó la cita de ayer, en la villa foral, para defender el vacuno pirenaico de Euskadi. «Al lado de otras comunidades, Euskadi es punta de lanza, tanto a nivel sanitario como en lo que respecta a su mejora genética», confirmó Iraola. Con todo, los ganaderos de la cabaña pirenaica miran el futuro «muy ilusionados», expresó, asimismo, Koldo Bilbao, el coordinador de la cooperativa agrícola y ganadera Lorra. «La pirenaica en Euskadi está en su mejor momento, en expansión», subrayó. «Cuenta con un árbol genealógico de más de cien años», añadió.

La mejora genética de esta raza es precisamente uno de los principales objetivos de los expertos en este campo. «Trabajamos en el progreso de la especie y también en lograr mejores rendimientos en las cabañas», matizaron.

Con sello de calidad

Bilbao resaltó, asimismo, la incorporación de nuevas generaciones de ganaderos dispuestos a mantener esta raza en «altos niveles». «Los jóvenes pisan fuerte y ese hecho es muy ilusionante porque aportan nuevas formas de comunicación y tecnologías en el ejercicio de nuestro trabajo», explicó. «Todo ello supone a su vez un activo importante en el mundo ganadero».

Además, a las reses de la raza de vacuno autóctona se les colgará en breve el logo 'Herri behia', «que garantizará el origen y la calidad de nuestra carne de pirenaica».

La feria ganadera del Primer Lunes de Gernika acogió en sus dos jornadas –domingo y ayer– la degustación de carne asada de vacuno pirenaica con denominación de origen. Además, los asistentes también tuvieron la oportunidad probar y comprar txakoli, sidra, paté y queso en los puestos de venta que se instalaron junto a la carpa habilitada para las reses en el aparcamiento de Santa Ana de la localidad vizcaína. La cita reunió un año más a numeroso público y tuvo su momento más emotivo en el homenaje al matrimonio de ganaderos Antonio Agirrebarrena y Mari José Sarasti, así como a Juan Mayora, que falleció este año.

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