«¡Basta ya de diferencias! Tenemos que brindar una vida digna a los refugiados»

La presidenta de la Cámara, Ana Otadui, recibió a los adolescentes en el acto, organizado en colaboración con Unicef, que arrancó a los sones del obligado 'Agurra' y de la foto de familia frente al Árbol de Gernika. «Estamos un poco nerviosos», comentaban dos alumnos de la ikastola San Félix de Ortuella, a medida que tomaban asiento en el hemiciclo. «Nos sentimos importantes porque aquí es donde se sientan los políticos que vemos por la tele», bromeaban entre ellos.

Desde sus correspondientes escaños, los chavales de entre 12 y 14 años siguieron con atención las intervenciones de sus compañeros. Irati y Jon, del colegio Antzinako Andra Mari, de Orduña, tomaron la palabra para dejar claras las razones por las que algunas personas se ven obligadas en la vida a abandonar o huir de sus países de origen.

«No lo hacen por gusto, sino por causas como el hambre, la guerra, la falta de trabajo e incluso por el cambio climático y la falta de libertad», explicaron. Los jóvenes advirtieron también la situación de peligro que corren las refugiadas por su condición de mujer. «Por si fuera poco, muchas chicas que tiene que dejar sus países son víctimas de agresiones sexuales», lamentaron.

Los adolescentes del centro San Pelayo, de Ermua, invitaron al público a ponerse en la piel de los millones de personas que se han visto forzadas a dejar sus casas. «Esa huida no la hacen para jugarse una medalla; se juegan la vida», recordaron.

Los alumnos de Ikasbide ikastetxea de Bilbao, por su parte, insistieron en la necesidad de dar cobertura a todos los niveles a los menores refugiados. «Para ellos es muy duro llegar a un país nuevo del que desconocen por completo su cultura y su idioma. Algunos llegan incluso solos, porque sus padres han fallecido o no pueden acompañarlos en ese duro viaje».

Frente a este tipo de hechos, los alumnos lanzaron también un grito de «¡basta ya de 'privilegio blanco». «Todas las personas del mundo, al margen de su color, cultura y religión tenemos que gozar de los mismos derechos, así que tenemos que brindar una vida digna a los refugiados; ¡basta ya de diferencias!», reivindicaron en el hemiciclo de la sede de juntas vizcaína donde se pusieron de acuerdo en la idea de avanzar a favor de una sociedad «más justa, pacífica e inclusiva».

En el mismo sentido, dejaron también clara su demanda en defensa de los refugiados los oradores del instituto de bachiller de Mungia, que, por otro lado, hicieron hincapié en que a nuestros antepasados les tocó abandonar su tierra una vez».