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Anoche Forua se convirtió en el escenario de una película de cine negro. Una persecución puso en jaque a la Ertzaintza y los pelos de punta a varios conductores que circulaban a esas horas, entre las nueve de la noche y las tres de la ... madrugada por la carretera Bi-635. Todo comenzó con una llamada telefónica a la Policía autonómica. En ella se alertaba de que habían robado en un chalé del municipio de Forua.
Los agentes acudieron a la zona como suele hacerse en estos casos y confirmaron que una ventana de la vivienda unifamiliar había sido forzada. Al mirar hacia el interior, se encontraron las estancias revueltas. Hasta aquí, lo habitual: los cacos habían conseguido entrar en el inmueble y en busca de un botín habían puesto todo patas arriba.
Se puso en marcha una investigación para esclarecer los hechos y, en su caso, intentar detener a los responsables. En un principio, constataron que se había usado una barra de hierro de color naranja para abrir la ventana. Durante las pesquisas, una patrulla de la Ertzaintza que estaba desplegada en el municipio localizó un vehículo sospechoso que circulaba por el casco urbano sobre la medianoche.
Al comprobar los datos de dicho turismo, se dieron cuenta de que dicho coche estaba relacionado y había sido investigado por robos similares a los que se estaban investigando. Por ello, le siguieron y cuando se disponía a salir de Forua, le hicieron señales tanto luminosas como sonoras para que se detuviese.
Lejos de pararse, el vehículo maniobró de manera brusca y aceleró para internarse en la Bi-635 hacia Amorebieta. Un kilómetro y medio después, otra patrulla que había sido alertada por los compañeros trató de interponerse en su trayectoria para hacerlo parar. El turismo sospechoso cruzó al carril contrario y se saltó el control. Un conductor que venía en sentido Forua se llevó un buen susto al ver la trayectoria. Sin embargo, consiguió esquivar el choque.
Los agentes, también a gran velocidad, siguieron al vehículo, en el que iban cuatro personas, hasta el inicio del puerto de Autzagane. Allí, dicho coche se desvió por la carretera vieja, paró un minuto y varios de sus ocupantes, se desconoce si dos o tres, se bajaron. Los ertzainas pudieron ver cómo se metían por una zona de matorrales y de zarzas, por lo que ellos hicieron lo propio.
Tras unos metros, consiguieron detener a uno de ellos que intentaba ocultarse en la espesura. Mientras tanto, el vehículo sospechoso continuó la marcha y fue abandonado dos kilómetros más adelante. Otra patrulla lo encontró y al inspeccionarlo, encontraron unas barras de uña, que se usan para forzar puertas y ventanas, de color naranja, el mismo que se había hallado en la ventana del chalé asaltado.
Hacia las tres y media de la madrugada, la Ertzaintza interceptó un taxi que había recogido a una persona en el alto de Autzagane. El hombre presentaba diversas heridas y arañazos en la cara, las manos y el resto del cuerpo que no pudo justificar. Ante estas evidencias, fue arrestado y trasladado a la comisaría de Gernika, donde se encontraba su compinche.
De momento, la investigación sigue abierta y se trata de localizar al resto de implicados. La Ertzaintza sospecha que este robo podría ser obra de un grupo especializado en asaltar viviendas que estaría actuando en el territorio. Por el momento, no han trascendido más datos sobre los detenidos.
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