Ondarroa trata de movilizar sus 619 casas vacías para frenar el éxodo a otros pueblos

Una de las principales razones del progresivo éxodo de población que ha registrado Ondarroa ha sido la falta de vivienda destinada a las nuevas unidades convivenciales, según coinciden tanto las formaciones políticas como técnicos de Urbanismo.

Los últimos datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística, INE, revelan que el padrón cae en picado con una media de 90 personas menos cada año. «Muchos vecinos y en especial jóvenes parejas se han tenido que marchar a vivir a localidades colindantes ante la falta de oferta y el elevado precio de venta», insisten. En la actualidad, el censo tiene registrados a 8.237 ciudadanos frente al 12.150 que llegó a alcanzar en su máximo histórico de 1981.

El Ayuntamiento (EH Bildu) busca fórmulas para frenar esa situación y con el visto bueno de la Corporación, en la que se encuentra el PNV, ha decidido coordinarse con el Gobierno vasco para movilizar y sacar al mercado los 619 pisos vacíos detectados en la villa.

Para conseguirlo, firmará un convenio de colaboración con el Ejecutivo autónomo en el que se compromete, entre otras cuestiones, a informar a los propietarios que cedan su piso a Alokabide de la bonificación del 50% en el pago del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI).

«También se estudiará impulsar la viabilidad de medidas que contribuyan movilizar vivienda deshabitada como por ejemplo bonificar la tasa de licencia de obras para aquellos que sean necesarios habilitar la casa, así como ayudas directas a la rehabilitación», según recoge el acuerdo.

La Administración costera además se compromete a realizar anualmente una campaña publicitaria para garantizar la adecuada información a la ciudadanía sobre los programas Bizigune y Asap. «Su diseño y programación se hará en coordinación con Alokabide», añade el convenio.

De esta manera, se busca minimizar las reticencias de los propietarios a la hora de ceder las casas a precios asequibles. «Resulta imprescindible dar a conocer y resolver todas las dudas existentes ya que esa decisión afecta a muchas personas que no pueden disponer de una vivienda para emprender un proyecto personal y familiar», han indicado fuentes municipales.

En la actualidad, en Etxebide hay tramitadas 220 peticiones de ciudadanos de Ondarroa a la espera de acceder a una casa. En las inmobiliarias apenas existe oferta de alquiler. «Funciona como en todos los pueblos pequeños, de boca a boca», reconocen desde la oficina de Nerea Urrutia. «Hay mucha demanda y poquísima oferta y los dueños quieren saber a quién meten en su casa y por eso prefieren a gente conocida», añaden.

Desde Lagunkor comparten la opinión. «A lo largo de todo el año, habremos cerrado dos contratos de alquiler, el último en menos de un día desde que salió al mercado», indica Amaia Agirre. «Hay muchísimas peticiones, una larga lista de espera, pero oferta como tal no existe», recalca. En caso de cerrarse un acuerdo, el precio, aunque varía según la zona, se sitúa entre los 500 y 700 euros.

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