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Los campos de trabajo juveniles del País vasco han dejado al descubierto en Muxika un nuevo tramo de su calzada medieval, cuya entrada se localiza por el conocido Portal de Maume de la localidad. La antigua vía, la única que conserva su enlosado original del ... medievo, forma parte del paso de mercancías y personas, que fue utilizada hasta el siglo XVI, para el intercambio de productos entre los puertos de Bermeo, Lekeitio y Ondarroa con el interior del País Vasco y Castilla. «Pasa por el camino que ahora conocemos como la Ruta del Vino y el Pescado, la GR-38», detallaron ayer desde el Ayuntamiento de Muxika.
Hasta la fecha se desconocía por dónde discurría la prolongación del trazado del antiguo camino, que se señala en el límite natural entre Muxika y Berriz. El hallazgo de las nuevas losas de la calzada –110 metros de longitud– se enmarca, de hecho, en la labor que llevan a cabo en Muxika, por segundo verano consecutivo, un grupo de 40 jóvenes.
«Se había perdido esa referencia en gran parte por las máquinas que en su momento entraron en la zona para llevar a cabo labores forestales», explicó ayer el arqueólogo Juan Carlos López Quintana 'Tana', coordinador del campo de trabajo de Muxika. «Con el fin de preservar el antiguo empedrado, hemos cubierto de tierra los últimos sondeos», apuntó.
En la trazado medieval de Muxika se pueden apreciar todavía, impresas en el enlosado de piedra, y a golpe de vista, «las rodadas de los carros que realizaban los viajes con la mercancía», indicó 'Tana' durante una visita guiada para mostrar los resultados de las últimas catas llevadas a cabo en la vía, a su paso por la localidad de Busturialdea.
También se pueden percibir talladas en la roca arenisca, que bordea la calzada, «cruces y otro tipo de señales que comerciantes, peregrinos o caminantes dejaron grabados en sus viajes por la misma, a lo largo de los siglos», apuntó.
Los arrieros que circulaban por la vieja calzada cargaban en sus carretas trigo, sal, vinagre, vino y pescado en salazón. «A pesar de la larga distancia que separaba la costa con el interior también transportaban el pescado en fresco. De hecho, existe un nevero del que tomaban el hielo para mantenerlo en condiciones», explicó 'Tana'.
El paraje del entorno de la calzada de Maume tampoco está libre de leyendas. Conocido como 'Sorgintoki', los lugareños cuentan que la enorme piedra que reposa junto a un tramo de la calzada «la dejó caer el diablo desde el cielo».
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