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Mirari Artime
Viernes, 18 de octubre 2024, 15:20
Para los los murciélagos que viven en el País Vasco, los refugios son imprescindibles de cara a protegerse de los depredadores, pero sobre todo para la hibernación y en especial para la cría y por lo tanto de cara a su supervivencia. Es el caso de los mamíferos voladores que habitan en el valle de Lea.
En concreto, en el entorno del barrio San Anton, de Aulesti donde se registran entre 100 y 300 unidades por cada una de las tres especies, –todas protegidas e incluso una en peligro de extinción–, que han sido identificadas por el departamento de Zoología y Biología Celular Animal de la UPV/EHU.
Precisamente, entre las líneas de investigación desarrolladas durante los últimos años, detectaron que lejos de permanecer en una de las cueva de la zona, calificadas por los espeleólogos del grupo ADES 'como una de las cavidades más bonitas de Bizkaia', utilizaban un antiguo caserío abandonado a punto de desaparecer para períodos de transición, es decir, entre la cría, el apareamiento y la época de hibernación.
De ahí, que para garantizarles una 'casa nueva' han rehabilitado una caseta en colaboración con espeleólogos de Aizpitarte Elkartea, el departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco y el Ayuntamiento. Los trabajos han tenido un coste económico de 10.000 euros. «La puesta a punto se realizó en dos fases; una primera durante el año 2023 que consistió en la limpieza, impermeabilización y adecuación interior y una segunda fase de pintado y puesta en valor», ha señalado Javier Busselo, portavoz de Aizpitarte.
Para recrear el hábitat idóneo «primero limpiamos a fondo el interior, tapamos y aislamos huecos que daban al exterior con el objetivo de dejar únicamente un agujero por donde pudieran entrar», detalla Busselo. «Después reformamos el interior instalando paneles para hacer divisiones interiores y conseguir habilitar diferentes espacios con distintas características de iluminación y temperatura», añade.
Los trabajos incluyeron además mejorar la comunicación de las dos plantas con las que cuenta el recinto, así como de todas las estancias interiores para que los murciélagos puedan elegir su lugar preferido. Finalmente, se impermeabilizó el techo y se pintó el exterior «con figuras de estos mamíferos voladores con el fin de que visualmente se entienda la actuación», indica.
La reforma ha tenido un éxito considerable. «Habíamos constatado que antes de nuestra intervención ya lo usaban, pero ahora ha sido un éxito, es mucho más elevada», reconoce Inazio Garin, profesor de la UPV/EHU, quien recalca la importancia de este tipo de actuaciones de cara a la protección de estos pequeños mamíferos «tan desconocidos como esenciales en los ecosistemas donde habitan».
Para este investigador resulta necesario dar a conocer que «los murciélagos son depredadores naturales de plagas agroforestales por lo que resultan vitales al cumplir con un importante rol ecológico y de control de insectos», explica. De ahí, el alcance de la nueva morada acondicionada en el valle de Lea que también sirve como estación de seguimiento de las tres clases detectadas en esta zona del total de 27 existentes en el País Vasco.
En concreto, los moradores de Aulesti son de las especies 'Rhinolophus Ferrumequinum', 'Rhinolophus Euryale' y 'Myotis Emarginatus', esta última en peligro de extinción. «Son todo un mundo, en estos casos, viven en grupo, de noche y, al igual que nosotros utilizamos la vista, ellos utilizan la ecoubicación, se orientan por sonidos de la naturaleza», añaden las mismas fuentes.
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