Monitorizan Armintxe para 'radiografiar' los procesos de inundaciones registrados en la cueva

En esa misma línea, la institución foral ha anunciado, en respuesta al grupo juntero de Elkarrekin-Podemos, la instalación de unos sensores específicos que registrarán durante un ciclo anual completo «todos los datos técnicos necesarios para establecer el programa de medidas para la protección óptima de la cueva». Los primeros informes estarán listos para febrero del año que viene.

Desde el departamento de Cultura aseguran además que gracias a los controles periódicos que se llevan a cabo en la gruta «el arte rupestre que alberga no se está deteriorando más allá de los procesos de alteración naturales que afectan a este tipo de bienes».

Según los datos aportados por la Administración territorial, la cota máxima alcanzada por el agua del río subterráneo que cruza la zona, fue de 8,95 metros el 3 de octubre de 2020. El informe del año anterior reveló que el 31 de enero de 2019 llegó hasta un nivel máximo de 8,42 metros.

Los datos recogidos por espeleólogos del grupo ADES-Gernika que el 1 de mayo de 2016 sacaron a luz un tesoro que se daba por desaparecido por obra de urbanización, revelan que el agua ha superado con creces las cotas que asegura la Diputación.

«Cuando el equipo de la institución foral menciona que el agua ha ascendido un máximo de 8 metros debe entenderse 18 metros sobre el nivel del mar», indicaron.

«Como referencias, indiquemos que existen grabados ya deteriorados en la galería desfondada, que las marcas de inundación y basura acumulada indican que ha llegado a subir hasta los 21 metros y que el panel principal se encuentran a 22 metros sobre el nivel del mar»

Este colectivo volvió a denunciar un nuevo episodio de inundación a primeros de octubre y lamentaron que «ocho años después, resulta decepcionante que aún no se haya resuelto el problema de las inundaciones que constatamos que se producen una media de dos a tres veces por año». A su juicio, «el tiempo corre en contra de Armintxe», indicaron.

En la actualidad, según la Diputación se desarrollan cuatro líneas de trabajo independientes que tienen como objetivo documentar con precisión el sistema kárstico, el arte rupestre presente en la cavidad y los posibles procesos de alteración en el yacimiento.

El primero es un proyecto que desarrolla la Universidad de Cantabria y que está dirigido por el arqueólogo Diego Garate Maidagan, que consiste en el desarrollo de una cartografía geomorfológica de detalle de la cueva y un análisis de alta precisión de los paneles que albergan los grabados. La Diputación tiene previsto que los resultados estén disponibles en breve.

Otro de los trabajos corre a cargo de la asociación Investigarte para centrado en el control de accesos y cierres de la cueva, mientras que un tercer proyecto dirigido por Inaki Intxaurbe (UPV/EHU) está orientado a obtener cartografía 3D de alta precisión y una reconstrucción espacial de la cueva. Por último, una cuarta intervención persigue el registro de diversos tipos de datos de la gruta.