MIRARI ARTIME
Sábado, 10 de diciembre 2022, 00:57
Durante la caída es cuando se siente una constante liberación de la adrenalina», aseguró José Dos Santos. «No dura mucho, luego te calmas, pero merece la pena, es increíble. Ha sido la experiencia más intensa que he tenido en mi vida», añade el turista catalán, ... el único del grupo de amigos que durante su estancia estos días en Euskadi se ha atrevido a lanzarse –con todas las medidas de seguridad necesarias– por el puente de Atxazpi, en la costa de Ondarroa.
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Quería alejarse del estrés de su trabajo en una multinacional y pensó que una de las maneras más fuertes de sacudirse el agobio podía ser la práctica de puenting. Existen multitud de lugares y formas de poner en práctica esta disciplina extrema pero para los miles de usuarios de la web de regalos de experiencia Aladina.com entre los saltos más originales y espectaculares que se pueden hacer en España destaca el del viaducto ondarrés situado en la carretera de la costa en dirección a Lekeitio.
«El salto se hace de cara al acantilado, a unos 40 metros de altura para que el péndulo posterior tenga vistas al mar Cantábrico, el mejor escenario posible», señaló Julen Hernando, uno de los monitores y responsables de la empresa de turismo activo de la comarca, Leaktibai.
«Se puede hacer tanto en verano como en invierno, con una edad mínima de 14 años y con un nivel físico fácil y técnico medio», detalló. «Siempre hay demanda, viene mucha gente de todas partes, para los amantes de las aventuras y la diversión es un lugar espectacular», recalcó.
«Saltamos de un lateral del puente, mientras que las cuerdas están ancladas en el extremo contrario», explicó. De ese modo, se consigue un péndulo gigante, que a medida que avanza va perdiendo inercia. Técnicamente, se utilizan dos cuerdas dinámicas, de escalada, ancladas en tres puntos independientes cada una de ellas. Los participantes van asegurados con un arnés integral y un casco.
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«Ha sido toda una experiencia en plena naturaleza, que se vive doblemente. Por un lado, la adrenalina de saltar sobre las rocas, y por otro, la paz que se siente al ver el mar al final del péndulo», expresó Dos Santos.
El puenting nació a principios de los años 70 en Cruseilles, Francia. Un escalador alemán llamado Helmut Kiene conectó una cuerda desde uno de los puentes que cruzan el río Les Usses y saltó desde el otro, se creó un péndulo por lo que le bautizaron su nombre. En España empezó a conocerse a partir de los años 80 y desde entonces ha experimentado un auge considerable que atrae a numeroso público.
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La Diputación ha invertido cerca de 590.000 euros en la estructura, que pertenece a Berriatua, para evitar que el viaducto sufra daños irreparables y con el objetivo de garantizar su estabilidad. Los trabajos desarrollados se han centrado en resolver el deterioro que había sido detectado en la cera que envuelve a los cables que tensan el puente, que estaba empezando a fluir de modo que estaban poniendo en peligro su integridad.
De hecho, el turismo de aventura ha aumentado su demanda un 20% en lo que va de año comparado con el mismo periodo del 2021, y saltar desde viaductos ya supone casi un 10% de todas las actividades de aventura que se realizan. «Dicen que las personas que superamos el miedo a saltar al vacío, tenemos mucho más fácil practicar otras actividades de aventura. Veremos», detalló Dos Santos. Según los expertos, entre los beneficios que aporta, destacan la reducción del estrés, pues se libera la tensión de los músculos del cuerpo, además de suponer un ejercicio extra para las articulaciones.
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