Mirari Artime
Miércoles, 25 de septiembre 2024, 16:25
Durante los últimos años, resulta habitual que el canal de acceso al puerto de Lekeitio registre calados críticos para la navegación debido a la acumulación de arena de Karraspio e Isuntza que es arrastrada, sobre todo, por las mareas y la acción del fuerte oleaje.
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Esa circunstancia provoca que los barcos de pesca profesionales vean limitada su seguridad y operatividad al no poder entrar al muelle en bajamar. Los recreativos, por su parte, se ven obligados a realizar maniobras complicadas.
Es la principal conclusión del estudio llevado a cabo por el Gobierno vasco antes de solicitar a la Demarcación de Costas del Ministerio para la Transición Ecológica el permiso necesario para retirar 7.560 metros cúbicos anuales hasta 2028 y devolverlos a Karraspio. «Se trata de arenas limpias que se reubicarán en la zona sumergida de la playa de Mendexa», detallan desde el Ejecutivo autónomo.
«En los puertos situados en las desembocaduras de cauces fluviales tienden a acumular en sus zonas abrigadas importantes cantidades de sedimentos y materiales diversos por lo que necesitan ser dragados para mantener su funcionamiento», añaden las mismas fuentes.
«En el caso de Lekeitio, se realizará en mayo, en primavera, en coincidencia con el aumento del tráfico de embarcaciones recreativas y antes del arranque de la temporada estival», indica el informe.
Aunque la superficie afectada se concretará con las batimetría –un examen sobre las profundidades– que se llevará a cabo la próxima primavera, desde la Dirección de Puertos estiman que abarcará un máximo de 13.000 metros cuadrados. «El objetivo es alcanzar el calado que le corresponde y que se sitúa entre menos cuatro metros y un mínimo de menos tres», precisan en el estudio.
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La mayor parte de los materiales se depositarán en la zona intermareal de Karraspio al estar catalogados como sedimentos no peligrosos. «Los que no resulten aptos para su aportación a la playa, serán vertidos a un punto autorizado frente a la costa de Mutriku-Deba a más de cien metros de profundidad», concreta el plan.
Antes de ejecutar el dragado, que se llevará a cabo desde un barco dotado con un sistema de succión o cuchara, «se contactará con los usuarios del puerto en general para desarrollar los trabajos con fluidez y seguridad, además de minimizar las afecciones y la actividad diaria», indican.
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Tanto amarristas agrupados en la asociación Leakai, como desde la Cofradía consideran «completamente imprescindible garantizar la navegabilidad de cualquier embarcación bien de la cofradía o de aquellos que se refugian en Lekeitio como puerto de abrigo, sino también por motivos de seguridad», han señalado.
«Si no retiran la arena que tapona el canal, se favorece la formación de una ola muy peligrosa para maniobrar», observan. «Hay que evitar que los pesqueros y las embarcaciones más grandes queden encallados en la bocana de la dársena o tengan que esperar a que suba la marea para entrar y descargar las capturas», recalcan.
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Para financiar el plan anual, en cuya primera fase también se ha incluido al puerto de Mundaka con la retirada de poco más de 1.200 metros cúbicos, la Dirección de Puertos cuenta con un millón de euros con cargo a los presupuestos de este año.
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