La isla de Lekeitio estará cerrada tres meses por obras para proteger sus tesoros

La isla de Lekeitio está llamada a ser uno de los principales atractivos de los actos del 700 aniversario de la fundación de la villa que se celebrará el año que viene. Con ese objetivo, durante los próximos tres meses se rematarán las obras destinadas a proteger los tesoros que atesora el peñón catalogado por el Gobierno vasco como parque arqueológico.

«Los primeros trabajos de limpieza, desbroce y acondicionamiento de los accesos a Garraitz se llevaron a cabo en agosto y ahora se procederá a ejecutar el resto del proyecto por lo que permanecerá 'cerrado'», han indicado desde el Ayuntamiento (EH Bildu).

Bajo la dirección arqueológica de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, que ha colaborado codo con codo con el colectivo local Atabaka para proteger y revalorizar el peñón, la intervención en uno de los enclaves más singulares de la costa vasca se desarrollará al sur, en la zona religiosa, así como en la fortaleza situada en la unidad militar localizada más al centro.

El objetivo será el de consolidar los restos que han salido a la luz a lo largo de las excavaciones arqueológicas desarrolladas durante la última década y que han concluido de manera definitiva durante este verano con la participación de más de medio centenar de voluntarios y la localización de nuevas piezas óseas.

«En la primera fase de consolidación llevada a cabo a finales de 2022 se procedió a una limpieza superficial, eliminando vegetación y realizando un mantenimiento ligero», han añadido las mismas fuentes.

En esta ocasión, en cambio, en el área religioso se reforzarán los muros de la ermita de San Nicolás, de finales del siglo XV –posteriormente reconvertida en convento franciscano durante el siglo XVII–, con distintas técnicas que variarán según el estado que presenta.

«La muralla del este es la de mayor valor, por lo tanto recibirá un tratamiento especial», según recoge el proyecto. También se estabilizará y se protegerá el suelo del edificio religioso de planta rectangular y una extensión de casi 300 metros cuadrados. En la zona militar, por su parte, se actuará donde se localizan restos del siglo XVIII y XIX. En todos, Aranzadi propone utilizar materiales naturales o reciclables.

Para la financiación de las obras, que estarán completamente condicionadas por las mareas, las condiciones marítimas y su especial orografía, el Ejecutivo costero cuenta con una partida de 140.000 euros procedentes de los fondos europeos Next Generation. Con esta subvención se sufragarán la mayor parte del plan adjudicado a Egiguren Erainkutzak por 161.000 euros.

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