'A ti qué te importa', 'Mi suegra', 'Amor libre' y otros barcos que pintan Bermeo

Iratxe Astui

Bermeo

Viernes, 21 de marzo 2025, 15:18 | Actualizado 18:24h.

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La historia de Bermeo habla también a través de sus embarcaciones. Cada uno de los barcos, desde las antiguas traineras y vapores hasta los más modernos atuneros congeladores, navega con un pedazo de identidad de la villa marinera a bordo.

Unidades bautizadas con nombres tan peculiares como 'A ti qué te importa' (1921), 'Amor libre' (1928), 'Mi suegra' (1922) o 'Si me quieres dímelo' (1931) toman todavía mayor realismo cuando se plasman en las pinceladas del artista bermeotarra José Manuel Gabantxo. El que fuera presidente de la Cofradía de la localidad costera a principios de la década de los noventa ha dedicado gran parte de su vida a retratar la flota de embarcaciones del puerto vizcaíno, con una precisión «tan minuciosa, que cada uno de sus cuadros tiene una historia que contar y que podría haberse perdido con el tiempo si no fuera por su dedicación», asegura el bilbaíno Julio Ruiz de Velasco.

Aficionado a recopilar fotografías –es autor de dos libros de antiguas instantáneas de Sukarrieta–, Ruiz de Velasco ha tomado precisamente la iniciativa de reunir en una publicación parte importante de la vasta labor artística del pintor y exarrantzale Gabantxo. «He recogido entre 50 y 60 imágenes de sus cuadros de temática pesquera porque en su colección suma en total 446 obras, que las tiene documentadas al detalle», explica el autor del libro.

El Museo del Pescador, los bares de la localidad, las empresas atuneras, incluso el Athletic Club y los remeros de Urdaibai, poseen algunas de las obras de Gabantxo.

«Sus pinturas se pueden ver también en sedes del Gobierno vasco, la Cofradía de Pescadores, el Casino, la ermita de San Juan de Gaztelugatxe... Se exponen en infinidad de lugares y él tiene anotados los datos, medidas y localizaciones de todos y cada uno de sus trabajos», explica el autor del libro, que también ha estado vinculado al sector pesquero.

«Dediqué mi actividad a escribir noticias sobre pesca y también a suministrar a atuneros congeladores desde jabón de manos hasta quitaóxidos y desengrasantes», recuerda.

La magia de Gabantxo no está solo en su habilidad para capturar el detalle técnico de las embarcaciones, desde el diseño de las chimeneas hasta los colores exactos de los cascos.

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«Para asegurarme de que pintaba los barcos con fidelidad, preguntaba en más de una ocasión a los arrantzales más veteranos sobre su color y forma, a veces con días de diferencia, para comprobar que sus respuestas coincidieran y no dejar margen al error», cuenta el pintor local. «Me tenían por un pesado en ese sentido, pero era mi manera de asegurarme de que cada barco se ajustaba a la realidad», se ríe.

De niño, Gabantxo ya se pasaba horas entre los arrantzales, escuchando las anécdotas y aprendiendo los secretos de la pesca. Sus padres regentaban la antigua taberna de Manuel, en la calle Nardiz tar Jon de la villa marinera, un lugar de encuentro en el que comenzó a soñar con retratar barcos en lienzos.

«Es un pintor naíf, que revive en sus cuadros un ambiente y unas escenas del puerto que ya no existen», subraya Ruiz de Velasco, quien ha complementado cada imagen de la obra con breves textos que aportan información sobre las embarcaciones y recogen anécdotas de la vida del artista.

Este año, además, será especialmente simbólico para el pintor bermeotarra. Gabantxo cumplirá 80 años el 22 de julio, una fecha señalada para los bermeotarras, que celebran la Magdalena para renovar su posesión sobre la isla de Izaro con el tradicional lanzamiento de una teja al mar. Sin embargo, lejos de celebraciones, el retratista de barcos ya tiene en mente su próximo proyecto: «Estoy preparando otro lienzo para recrear la batalla de Matxitxako», avanza con entusiasmo.