Mari Carmen Agirre (a la derecha) y Crucita Etxabe han protagonizado este lunes la ofrenda floral dedicada a los gudaris en el Pasealeku de Gernika. Iratxe Astui

«Estuvimos tumbadas en la cuneta hasta que cesó el bombardeo»

Crucita Etxabe y Mari Carmen Agirre rememoran los «dolorosos» momentos que pasaron de niñas durante el ataque nazi del 26 de abril de 1937 en Gernika

Iratxe Astui

Gernika-Lumo

Lunes, 24 de abril 2023, 16:16

El homenaje que el Ayuntamiento de Gernika ha rendido este lunes a los gudaris frente a la escultura dedicada a los soldados vascos, en el Pasealeku, volvió a remover recuerdos «muy dolorosos» del horror que las víctimas del bombardeo de la villa foral sufrieron el ... fatídico día del 26 de abril de 1937. «Para nosotras estos días son días muy duros porque nos viene a la cabeza imágenes horribles del ataque», declaraba la gernikarra Crucita Etxabe, una de las víctimas del atentado contra la población civil perpetrado por la Legión Cóndor alemana.

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El lunes que viene cumplirá 93 años por lo que era una niña cuando le tocó sufrir en sus carnes la tragedia. «Es inevitable que no lloremos», añadía también, visiblemente emocionada y entre lágrimas, Mari Carmen Agirre. Esta vecina de la localidad vizcaína acudió también al acto, enmarcado dentro del programa conmemorativo del 86 aniversario del bombardeo, para protagonizar con su amiga la ofrenda floral a los milicianos vascos. Agirre tenía entonces «seis añitos», detalló.

Los gudaris precisamente fueron quienes alertaron a Crucita y sus amigas de que los aviones nazis estaban al caer en Gernika. «Aparecieron en 'cuatrocaminos', en el barrio de Lumo, donde nos encontrábamos varias amigas jugando y comiendo la merienda», relata, con la voz conmovida. «Fueron ellos quieres nos advirtieron de que los aviones de los alemanes estaban al caer y nos dijeron que nos tiráramos a la cuneta de la carretera para protegernos de las bombas», narró. «Nos mantuvimos tumbadas allí hasta que cesó el bombardeo, a eso de las ocho de la tarde», detalló Etxabe.

Esta víctima del bombardeo mantiene aún nítida la imagen de los aviones que planeaban sobre sus cabezas. También recuerda «un árbol grande, bajo el que se refugiaban varias personas». «Allí murieron ocho vecinos», señaló. La memoria de esta mujer le traslada a continuación al recuerdo de cuando bajó hasta Gernika en la «desesperada» búsqueda de sus padres, desde el barrio rural de Lumo, donde se encontraba en el momento en el que comenzaron a caer del cielo bombas incendiarias.

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«Estaban en la tienda que teníamos, intentando rescatar todo el material que podían porque la casa de arriba estaba en llamas», describe el momento. «Todos quedamos vivos en casa y gracias a su valentía hemos salido adelante hasta hoy», se felicitan estas dos víctimas del bombardeo de Gernika.

Roto y sin vida

Durante el acto de homenaje a los gudaris, el alcalde de la simbólica localidad vizcaína, José Mari Gorroño, puso voz a testimonios que dejaron escritos los soldados vascos que se encontraban aquel trágico lunes de mercado en la villa foral. Entre ellos, destacó el del gudari Joseba Elosegi, que conoció personalmente y que narró un suceso «que durante mucho tiempo le traumatizó intensamente», aseguró el primer edil gernikarra.

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«Me encontré con una mujer que no podía decir más que '¡Mi hijo, mi hijo!'. Me arrastró hasta los escombros, empecé a apartar piedras y pesadas vigas mientras caían bombas. Encontré a la criatura. No tenía más de tres años», leyó Gorroño. «Su cuerpo estaba roto y sin vida. Lo entregué a su madre. Durante muchos años he estado viendo los ojos de aquella mujer», pronunció, asimismo, para concluir con el texto de Elosegi.

La ofrenda floral ante el conjunto escultórico del Pasealeku contó también con la presencia de Pablo Alejandro Díaz; uno de los supervivientes de la 'Noche de los lápices', nombre con que se conoce a la serie de los secuestros y asesinatos de estudiantes de secundaria ocurridos el 16 de septiembre de 1976, en Argentina. «Gernika supone el estímulo sobre las tragedias y guerras sufridas por cada pueblo y trata de buscar la verdad y la justicia», manifestó este otro superviviente de la dictadura del país latinoamericano.

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Dentro del programa del 86 aniversario del bombardeo, Gernika rendirá este martes un homenaje al alcalde José de Labauria (10.00 horas). Por otro lado, la emotiva jornada tendrá su punto álgido a las 16.00 horas, con el responso y la ofrenda floral a las víctimas del ataque aéreo en el cementerio de Zallo. Un cuarto de hora antes, el toque de una sirena desde el Pasealeku marcará el instante en el que Gernika interrumpe su actividad para mantener cuatro minutos de silencio por las víctimas de la masacre.

La tradicional manifestación silenciosa nocturna con velas comenzará a las 21.30 horas aunque media hora antes, la villa foral rescatará también la pieza teatral 'Gernika garretan'/Gernika en llamas', que se representará en formato más corto, en la plaza del Ayuntamiento.

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El homenaje al periodista del bombardeo, George Steer, frente a su busto de la calle Barrenkalea, será a las 10.30 horas y la entrega de los premios Gernika por la Paz y la Reconciliación, que este año han recaído en manos de las Comisiones de la Verdad –Colombia Argentina, Timor Oriental y Sudáfrica–, se llevará a cabo en el teatro Lizeo, a las 12.00 horas.

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