«Se haga o no el Guggenheim hay que limpiar esa zona por seguridad»

A la espera de que el Patronato del Guggenheim Bilbao decida, previsiblemente el año que viene, si sigue adelante con el proyecto en la Reserva de la Biosfera, el Gobierno vizcaíno ya había anunciado que iba a seguir solucionando todos los trámites previos que fueran necesarios. En este camino se encuadran las operaciones que sufragarán las Cuentas de 2025. Por un lado está la cuestión urbanística ya que los ayuntamientos de Gernika y Murueta deben modificar sus planeamientos y la calificación de los terrenos para abrir paso al museo.

Por otro están los trabajos más visibles de descontaminación, que arrancaron el pasado verano en Dalia. Primero se retiraron los escombros y enseres que quedaban en la antigua fábrica y después se procedió a demoler el edificio. Lo que queda para el año que viene es limpiar el subsuelo del solar, afectado por la labor de la cubertera y su uso intensivo de productos químicos, y después del acuífero existente en la zona.

Además de las aportaciones comprometidas el ejercicio próximo, la Diputación lleva un par de años anunciando que tiene reservados 40 millones para «cuando hagan falta» para la construcción del museo. Los 'guarda' en la tesorería de Azpiegiturak, la sociedad foral que ejecuta las infraestructuras no viarias, que es la que en su momento se encargará del asunto.

Según las primeras previsiones, el Guggenheim de Urdaibai costará unos 130 millones. ¿De dónde saldrá el resto del dinero? Aunque el Gobierno foral se abrió en su momento a ampliar su aportación, el Ejecutivo vasco tendrá que acometer una medida similar. El tercer pilar que sustentará el proyecto es el del Estado. El Ministerio de Transición Ecológica ya ha entregado una subvención de 40 millones a la Diputación que debe utilizarse para ejecutar labores ambientales vinculadas al proyecto. La única condición es que la ayuda se utilice en un plazo máximo de cinco años. Para 2029 como máximo. Habrá que ver cómo encaja esta operación con la evolución del plan museístico porque parece difícil que las obras arranquen esta década.