Los vecinos de Lea-Artibai se relajan en el reciclaje de basura

Uno de los principales motivos de esta preocupante tendencia, que se mantiene también a lo largo de este ejercicio, es el «debilitamiento de la conciencia medioambiental», según detallan desde la entidad supramunicipal. «El separar los residuos es una práctica extendida entre la ciudadanía en general, y también en nuestra zona, pero los datos indican que nos hemos relajado», señala el presidente del órgano comarcal y alcalde de Lekeitio, Koldo Goitia. 

En la actualidad, 9.516 viviendas cuentan con la tarjeta electrónica necesaria para abrir los depósitos repartidos por las localidades que comparten la gestión de este servicio entre los que se encuentran los más poblados, Ondarroa, Lekeitio y Markina, junto a Berriatua, Etxebarria, Ispaster, Mendexa y Bolibar. «Todo apunta a que resulta necesario incidir periódicamente en la importancia de separar la basura, así como en los beneficios que nos aporta. En ese aspecto será muy importante la entrada en funcionamiento de la nueva planta de compost en Milloi (Berriatua) por el salto cualitativo que supondrá para toda la comarca», añaden técnicos del departamento comarcal de Medio Ambiente.

De momento, una de las primeras medidas adoptadas para tratar de frenar esa tendencia que ha hecho saltar las alarmas es la puesta en marcha de una campaña de concienciación, que se activará a primeros del año que viene y que también dirigirá su atención hacia el sector hostelero. «En general, los restaurantes funcionan bastante bien porque disponen de sitio suficiente para tener los cubos de orgánico en sus locales y separar los residuos», detallan las mismas fuentes. «Los principales problemas se generan, en cambio, con los bares de pintxos, en muchas ocasiones por falta de espacio físico», matizan.

A medio plazo, la Mancomunidad estudia incluso la posibilidad de poner en marcha ciertos beneficios fiscales entre los contribuyentes que más utilizan la tarjeta de reciclaje. «Los pliegos de condiciones para adjudicar el servicio se renovarán en 2024 y es una opción que estamos analizando, aunque es una medida bastante compleja de aplicar», matiza el máximo responsable comarcal.

La puesta en marcha de las primeras actuaciones se sufragará con los presupuestos de 2023 de la Mancomunidad, que acaban de ser aprobados con los votos favorables tanto del PNV como de EH Bildu, y que alcanzarán los 4,6 millones de euros –cerca de 256.000 euros más que en el último ejercicio–. 

Precisamente, la recogida de basura absorberá 1,7 millones de euros, mientras que el resto se destinará a financiar los distintos servicios sociales que se ofrecen en la comarca y que sumarán 2,6 millones de euros. «Servirán para hacer frente al desarrollo de las prestaciones de la cartera social y en especial al aumento de las necesidades de las personas mayores, así como para que los programas de formación dirigidos a cuidadores y padres vuelvan a la situación anterior a la pandemia», explica Goitia.