Paco García apenas tenía siete años cuando el día del bombardeo de Gernika, aquel fatídico 26 de abril de 1937, corrió con su madre y sus hermanos hasta el refugio antiaéreo de la antigua fábrica de armas Astra de la villa foral. La familia buscaba, ... al igual que decenas de gernikarras más, un lugar seguro donde resguardarse de la lluvia de bombas incendiarias que la Legión Cóndor alemana lanzaba desde sus avionetas.
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«Me contó que, al salir, vieron un montón de cadáveres por las calles y que su madre, en un intento por tranquilizarles, les dijo que estaban dormidos», recordó el alcalde de Gernika, José Mari Gorroño, durante el acto de proclamación de la simbólica localidad vizcaína, como 'Lugar de Memoria Democrática', que tuvo lugar ayer al mediodía. «Cuando llegaron a la calle Barrenkale se encontraron con que su casa estaba en llamas», relató el primer edil gernikarra ante la presencia del lehendakari en funciones, Iñigo Urkullu, que acudió a la cita, junto a los consejeros Nerea Melgosa y Bingen Zupiria.
El acto, que sirvió también para presentar las obras de mejora y puesta en valor de la instalación defensiva de Astra, se enmarcaba dentro del programa conmemorativo del brutal ataque aéreo, que sufrió la villa foral, y del que el próximo viernes se cumplirán 87 años.
«Junto al recuerdo hacemos también un homenaje a quienes durante décadas han aportado lo mejor de sí mismo por este pueblo», subrayó, por su parte, Urkullu. «Gernika es hoy referente mundial de la paz gracias a instituciones, organizaciones, entidades culturales, sociales y memorialistas, además del trabajo colaborativo de personalidades y personas anónimas», subrayó en su discurso. «Gernika es símbolo de las tristes masacres y guerras del mundo», matizó, además.
El lehendakari saliente quiso aclarar, asimismo, que la reparación de las víctimas del bombardeo «no comienza en 2024», con la denominación de «todo Gernika» como 'Lugar de Memoria Democrática'.
«La internacionalización y la reflexión ética y crítica son señas de identidad de esta localidad, al igual que el Museo de la Paz, los refugios antiaéreos, las obras de arte y los Premios Gernika por la Paz y la Reconciliación», enumeró como «claros» ejemplos de reconocimiento y homenaje a las personas que sufrieron la masacre.
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Por su parte, el alcalde José Mari Gorroño (Guztiontzako Herria), añadió que el bombardeo que supuso la destrucción de más del 80% de los edificios del municipio, «enterró escombro tras escombro el espírito de libertad del pueblo vasco». «Pero esto no bastó para silenciarnos porque restablecimos la dignidad de nuestra tierra», aseguró, por otro lado, el mandatario de la simbólica localidad.
Los asistentes al acto tuvieron la oportunidad de participar en una visita guiada por el interior del refugio antiaéreo de Astra; una experiencia en la que se recrean los testimonios de los supervivientes Sebastián Uria y María Olabarria, locutados en euskera y castellano por el escritor, Kirmen Uribe, y la bertsolari, Onintza Enbeita.
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Las labores de restauración del refugio han afectado también a su entorno, en el que se han instalado varias señales en las que figuran los nombres de «otras ciudades que, como Gernika, también han sufrido intensos bombardeos», explicaron fuentes muncipales. La actuación ha costado más de 316.000 euros.
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