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Gernika ha rendido esta mañana un homenaje al alcalde del bombardeo José de Labauria. Dos supervivientes han depositado un ramo de flores a los pies del busto, que representa a la figura del que fuera el primer mandatario de la localidad entre febrero y abril ... de 1937. «Fue un hombre muy íntegro que le tocó vivir la destrucción de su pueblo», señaló el alcalde de Gernika, José Mari Gorroño, durante su breve intervención en el sencillo acto, que ha tenido lugar en la plaza bautizada con el nombre del mismo alcalde.
No obstante, integrantes del grupo de Historia Gernikazarra junto con la junta local del PNV, promotores del homenaje a Labauria desde su origen, mantendrán la fecha de mañana, conmemoración del 86 aniversario del bombardeo, para llevar a cabo la ofrenda floral ante el busto de Labauria. La cita tendrá lugar a las 9.30 en la misma plaza.
José de Labauria nació en Gernika el 20 de junio de 1888 siendo hijo del gernikarra Martín de Labauria y Urquiza, -también alcalde de la villa, de ideología tradicionalista-Carlista- y de María de los Santos Porturas Hormaechea, natural de Mundaka.
De profesión fue capitán de la Marina mercante, aunque dejó de navegar para trabajar en la gestión del negocio familiar de Antonio de Irueta -su padrastro-, la distribución y venta de vinos, con depósito en la alhóndiga municipal.
«Nacionalista jeltzale, fue afiliado y burukide de del PNV y fue nombrado concejal por cooptación el 12 de diciembre de 1936 ante las dificultades que tuvieron la mayoría de los partidos políticos locales para recomponer el ayuntamiento ante las bajas de concejales que se produjeron motivadas por la guerra», señalan desde Gernikazarra. Además, ocupó el cargo de presidente de la Comisión de Gobernación y también de vocal en la Comisión de Abastos y Transportes.
José de Labauria fue nombrado alcalde en la época del bombardeo «de manera accidental, ante la dimisión del anterior primer edil, Basilio de Astelarra de ANV». Labauria colocó la ikurriña en el mástil del Ayuntamiento, el 17 de enero de 1937 y casi un mes después fue nombrado alcalde de Gernika «por unanimidad de los trece corporativos».
El día del bombardeo se encargó de organizar las labores de extinción del posterior incendio y después, como la inmensa mayoría de vecinos, evacuó la localidad hacia Bilbao. «En la capital vizcaína, el 4 de mayo protagonizó junto al periodista George L. Steer, el intelectual Bonifacio Echegaray, el sacerdote Eusebio Arronategui, y otras personalidades de la época, el célebre llamamiento-denuncia ante lo acontecido en Gernika a través de las ondas de Radio Emisora Bilbaína -Radio Bilbao-», subrayan las mismas fuentes.
El alcalde del bombardeo fue evacuado de Bilbao y se refugió en Francia. Con el estallido de la II Guerra Mundial y ante el avance alemán se refugió en un convento de Vigo donde fue detenido e ingresado en prisión. «De allí fue trasladado a la cárcel de Larrinaga, en Bilbao». Tras caer enfermó de gravedad fue liberado. Falleció «rodeado de sus familiares» el 31 de octubre de 1945.
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