Gernika impulsa el proyecto de su nueva biblioteca tras dos décadas paralizado

La Administración gernikarra reservará alrededor de 100.000 euros de su Presupuesto, –aún pendiente de ser aprobado– para la redacción del diseño de la nueva biblioteca de la localidad. «Existe un anteproyecto, pero ahora necesitamos detallarlo y dar luz verde a un nuevo documento definido con más detalle para su posterior ejecución», explica Gorroño.

Una vez superado el trámite administrativo para encargar la redacción del plan «al detalle», el Ejecutivo local estaría ya dispuesto a comenzar con las obras para habilitar la tan esperada biblioteca pública en las antiguas escuelas de chicas del Pasealeku. «Es un proceso que podría llevar unos tres meses», matizan fuentes municipales.

El triple de grande

Los trabajos traerán consigo la reorganización de un edificio de unos «715 metros cuadrados», detallan desde el Ejecutivo gernikarra. La 'mudanza' del servicio municipal, por tanto, supondrá «triplicar» el tamaño del actual y «obsoleto» centro, situado en los bajos de la Casa de Cultura –Foru plaza–, que cuenta con tan solo 200 metros cuadrados de superficie. «Es insuficiente para atender las necesidades de sus más de 5.000 socios», reconocen en la Administración de la villa foral.

Aunque aún queda pendiente de ser definido, el anteproyecto de la biblioteca contemplaba la construcción de un edificio anexo al inmueble «que albergaría las oficinas, baños y resto de servicios, ya que la idea es reservar el mayor espacio posible de la edificación original de la escuela para acoger el nuevo equipamiento», explicó en su momento Gorroño.

Lo que sí quedó decidido por el Ayuntamiento es que la nueva biblioteca será bautizada con el nombre del que fuera miembro de Euskaltzaindia-Real Academia de la Lengua Vasca, el gernikarra José Antonio Arana Martija.